El siguiente post fue escrito por Giannina Nardocci, Ingeniera Comercial, hoy dedicada a la asesoría y coaching financiero a emprendedoras.
¿Sabías que la mayor cantidad de personas que padecen el Síndrome del Impostor son mujeres? Y esto no es casualidad, las mujeres constantemente nos sometemos a una presión autoimpuesta de perfeccionismo y comparación entre nosotras mismas que nos hacen más susceptibles a este síndrome.
Pero, ¿lo conoces?, ¿sabes de qué se trata? Te puedo asegurar que muchas veces has tenido a “tu impostor” en tu cabeza saboteando tus éxitos y no te has dado cuenta…
El Síndrome del Impostor es definido como un malestar emocional, asociado al sentiminto de no merecer la posición que se ocupa a nivel laboral, de no estar nunca a la altura o no ser suficientemente buena, competente o capaz.
Si en tu vida profesional tienes éxito, nunca es por ti, es porque te tienen cariño, porque le caes bien a alguien, porque los demás no son tan buenos, pero nunca es porque tú lo hiciste bien.
Si consigues un logro importante es porque tuviste suerte, porque seguro algo malo vendrá después, porque alguien se equivocó o porque te asociaron con alguien más, pero no porque eres excelente en lo que haces, porque te esmeraste para ese logro o porque te lo mereces.
Si bien es cierto, el Síndrome del Impostor afecta en distintos grados a las personas, mi invitación es a que lo detectes y logres silenciarlo en tu mente. Tú vales mucho, has logrado superar muchas barreras en tu vida, tu camino no ha sido fácil, y por lo tanto, te mereces el reconocimiento de todos cuando realizas algo bueno, ¡te mereces el éxito! No es una suerte de regalo o condescendencia lo bueno que te pasa, es el resultado de todo tu trabajo y esfuerzo.
Para silenciar a tu impostor y salir lo antes posible de ese estado mental te dejo algunos tips en los que puedes trabajar:
- El primer paso es ser consciente de cuándo estás pensando como ese “impostor”. Para mejorar en algo lo primero es darte cuenta de que ese pensamiento no está bien.
- Tómate unos momentos para analizar qué cosas buenas han sucedido las veces que haz tenido un fracaso, y cómo te ha aportado esa vivencia a crecer como persona.
- Habla de tus sentimientos con alguien. Si quieres puede ser un profesional, como un psicólogo, o con alguna persona de tu círculo de confianza. El diálogo siempre te ayudará a ver las cosas desde otra perspectiva, y por supuesto, a superar esta situación de boicoteo mental.
- ¡Realza tus logros! Puedes hacerlo mirándote al espejo y felicitándote por lo que haz conseguido. Puedes compartirlo en tus redes sociales, o celebrarlo en la intimidad de tu hogar, pero siempre alégrate y date una palmadita en la espalda por tus logros, por muy pequeños que sean.
- No te compares con el resto. Si lo haces y tiendes a sufrir el Sindrome del Impostor, entonces puedes dañar tu autoestima, ya que pierdes de vista todo lo que tienes para ofrecer al mundo de la manera única en la que solo tú puedes hacerlo.
- Finalmente, quiérete, valórate y cuida tu salud mental. El perfeccionismo no es malo, pero cuidado cuando llega al extremo de no ser capaz de ganarle a “tu impostor”.
No eres un fraude, no le pongas atención a ese “impostor” y disfruta tus éxitos ¡que bien merecidos los tienes!
