Soy de las que empezó a ver Grey`s Anatomy gracias a Netflix. La verdad nunca me llamó la atención la serie, pensaba que se trataba de un mal culebrón de doctores, de sus vidas e historias amorosas. Pero ya conocen el dicho “no escupas al cielo que te puede caer en la cara…”
Y fue así como en una tarde libre decidí empezar a ver este programa del que tanto hablaban, y en un abrir y de cerrar de ojos me devoré las 16 temporadas disponibles.
Para quienes aún no ven esta serie les cuento que, efectivamente, se trata de un culebrón de doctores, pero con muchísimo más que decir. Shonda Rhimes es su directora, y desde la temporada 1 se ha preocupado de incluir en las historias a las minorías y romper las desigualdades de género. En Grey`s Anatomy las mujeres la llevan, y las vemos en roles tan importantes como jefas de departamentos de cirugías, pilotos, bomberas, juezas y muchísimos más roles que históricamente han estado asociados a los hombres.
Pero bueno, si bien podríamos hablar muchísimo más de esto, hoy me quiero detener en un capítulo que me llamó bastante la atención. En él, uno de los personajes debía enfrentar un momento muy importante, estresante y súper desafiante (no diré mucho más para no hacer spoilers).
Para prepararse, decidió tomar postura de súper-heroína, con los brazos en su cintura, pecho erguido y la mirada al frente. Se mantuvo así durante unos minutos, para luego, lanzarse a lo que debía hacer.
Según ella, esto le daba la fuerza para poder realizar la tarea de la mejor manera posible, sintiéndose empoderada y confiada.
En lo personal, algo me sonaba esto de pararse como superhéroe, pero no sabía muy bien de qué se trataba. Así que decidí averiguar.
Párate como super woman
Según estudios de las universidades de Columbia y Harvard, la postura corporal puede influir enormemente en las emociones y actitudes de una persona. Parte de la investigación se centró en pedirle a un grupo de personas que adoptaran posiciones de poder y de debilidad, la primera implicaba mayor dominancia y sensación de autoeficacia, mientras que la segunda, retraimiento y sensación de incapacidad.
El términos fisiológicos, midieron los niveles de dos hormonas implicadas en la sensación de poder: la testosterona (hormona asociada a las reacciones de dominancia) y el cortisol (asociada al miedo y sumisión)
¿Las conclusiones? Como podrás intuir, los participantes que se mantuvieron con una postura de poder, tuvieron más alta la testosterona y más bajo el cortisol. Es decir, mantener una postura erguida, abierta y segura, influirá en nuestro cuerpo y ayudará a sentir que tenemos más poder sobre nuestro entorno.
De esta manera, pararte como heroína antes de una situación difícil y que requiere que estés muy confiada, podría servir.
Dos minutos cada mañana
Por eso, una buena idea es llevar esta práctica a tu vida diaria. Una vez que te levantes, antes de realizar cualquier actividad, párate frente al espejo, cierra tus puños y apóyalos sobre tus caderas. Endereza tu espalda, abre tu pecho, piernas y levanta la barbilla. Quédate dos minutos en esta pose, trayendo sólo pensamientos positivos a tu mente.
Repítelo diariamente y ve qué ocurre a medida que pasen los días, puedes incluso llevar un registro en una libreta o tu celular.
Sé que esta postura por sí sola no es mágica, y que hay mucho más por hacer a la hora de sentirse segura de uno misma. Sin embargo, la suma de pequeñas acciones crean acciones más potentes, así que ¿por qué no intentarlo?
Charla TED
Finalmente, me gustaría recomendarte una charla TED relacionada a este tema, realizada por la psicóloga Amy Cuddy, donde demuestra cómo la postura de poder puede influir y alterar nuestros niveles cerebrales de testosterona y cortisol, mejorando las probabilidades de éxito.
¡Que la disfrutes!