Junto a Isidora Camus, profesora de meditación, compartimos un momento para conectar con el presente y con nosotras mismas, en el contexto del Ciclo de Workshops Conexiones, que estamos realizando junto a Lipton.
Fue un espacio para detenernos, respirar y conocer una práctica de autocuidado para vivir de manera más plena. Si no te pudiste sumar, aquí te dejamos un mini resumen de la sesión.
¿Cómo acercarse a la práctica del mindfulness?
Para comenzar el camino de escuchar atentamente nuestro cuerpo y calmar nuestros pensamientos, la práctica de la meditación es fundamental. Un ejercicio de disciplina y concentración que nos ayuda a bajar la velocidad de nuestro tren de pensamientos para dejar ir los negativos y calmar nuestra mente. Además, nos permite no sobre – reaccionar o sentirnos sobrepasados con lo que ocurre a nuestro alrededor.
Como todo ejercicio, debemos practicarlo frecuentemente para conectar y escuchar a tu yo interior. Podemos empezar por respirar profundo y concentrarnos en 3 pasos:
- Postura: encuentra una posición que te acomode y en la cual puedas alcanzar un momento de estado mental tranquilo.
- Mente: lleva tus pensamientos a sentir el ambiente. Tus pulsaciones, la temperatura de la habitación, olores o sensaciones que te recorren.
- Respiración consciente: nos ayuda a pausar nuestro día, a controlar nuestras emociones y a reducir el estrés en el cuerpo.
Te invitamos a regalarte un momento de mindfulness a través de algunos simples consejos:
- Encuentra un momento y lugar durante el día en el cual te sientas más tranquila. La idea es que puedas relajarte y que no se transforme en una obligación que te genere más ansiedad.
- La intencionalidad es clave para entrar en el espacio meditativo. Busca estar 100 % conectada con lo que estás haciendo.
- Preguntarse y reflexionar en torno a dónde estamos y qué estamos haciendo.
- Intenta meditar idealmente una vez al día. La disciplina es crucial para acercarnos a nuestra capacidad de estar presentes.
- Y por último: la base de la meditación es aceptarse y no juzgarse. Descubre y abraza todas tus emociones.
Esperamos que te animes a llevar a cabo esta práctica, que de seguro te ayudará a conectarte y vivir el día a día con más plenitud