Su discurso suena fuerte y claro. No tiene miedo a decir lo que siente a través de su música urbana; una mezcla de ritmos latinos, reaggaetón y pop, que le han servido como voz para luchar contra los abusos que viven las mujeres y que la han llevado a cantar con Café Tacvba, Carla Morrison y Mon Laferte, ser parte de grandes escenarios como Lollapalooza y ganar el Pemio Pulsar como mejor artista urbana el año 2016.
Mariel Villagra, más conocida como Mariel Mariel es hija del folclorista Pedro Villagra (Inti Illimani). Después de vivir en México por ocho años, hoy está en Chile, esperando a su primer hijo y luchando para que más cantantes chilenas se suban a los escenarios. En esta entrevista nos cuenta de su vida, sus luchas y sus nuevas canciones cuando acaba de tocar en el Sunset Mirador del Alto Las Condes, que se realiza de martes a viernes hasta el 1 de marzo. Desde las 20 horas cuentan con música en vivo, degustaciones y una tentadora carta de restaurantes. Este viernes, el cierre estará a cargo de Javiera Parra y Los Imposibles.
Nombre: Mariel Villagra
Trabajo Actual: Compositora y Cantante
Instagram: @mariel_mariel
1. Cuéntanos un poco de tu carrera profesional y cómo llegaste a dedicarte a la música.
La música siempre estuvo presente en mi familia; mi papá es músico entonces era un tema que existía, que era muy natural y fue parte de mi crianza. Yo elegí irme por este camino bien a última hora en el colegio, cuando decidí estudiar música. Estudié en la Universidad de Chile y en otras universidades porque tuve que salir de la Chile por un tema de acoso bien fuerte que me pasó en la época en que esas cosas no eran tema, eran más tabú. Finalmente me titulé como profesora de música pero claramente no ha sido la parte protagónica de mi carrera… soy más autodidacta y me he dedicado a la música popular.
Fue muy importante hacer escuela tocando; me fui a México por 8 años y allá pude tocar con mucha gente diferente, viajar tocando y mejorar los desafíos personales que tenía como tocar más instrumentos, conocer el mundo a nivel de industria musical en una industria más grande, pero siempre vinculada a la música latina… por eso me fui a México porque me mueve mucho el cuestionamiento del origen propio, de la identidad que tenemos las latinas en el mundo, cómo surgimos, cómo emprendemos y eso se refleja en la música latina. Es lo que me hace vibrar, me gusta la fusión de lo que significa ser latina, de todas las culturas en una, somos como un resumen de todas las razas, y eso me inspira.
Soy escritora de canciones, aprendí a tocar guitarra muy tímidamente; tocaba calladita, piola, no era como la niña centro de mesa, todo lo contrario; escondida en mi pieza. Hasta que empecé a hacer discos, grabar y entendí de qué se trataba impulsar esta carrera y he tenido que aprender a hacer de todo en el camino, videoclips, trabajar con mi imagen, me gusta mucho el baile y he tenido temporadas de laboratorios de baile a través de Talleres que se llaman “Flow latino”. Ha sido un aprendizaje enorme y súper profundo. Me encanta vincular la música, el baile, la cultura y lo antropológico.
He trabajado la mayor parte de mi carrera con un músico y productor llamado Andrés Landon. Llevamos más de 10 años trabajando juntos, él produjo mi último disco que se llama “Foto pa ti”, que fue premiado acá en Chile en los Premios Pulsar y fue como un cierre de mi historia, porque cuando recibí este premio en manos de la Anita Tijoux, pude volver a hacer una protesta de esta denuncia que yo había hecho en la Universidad de Chile y fue bien impactante, antes de que fuera tema hacer denuncias. No lo tenía planeado, me salió de la guata en ese momento y desde entonces me he vinculado mucho con todo el movimiento de las universitarias que están luchando por protocolos, por sus derechos, por respetos. Para mí ha significado un tema fuerte que me mueve, que me movió a hacer este Festival llamado “Matria”, que me movió a regresar a Chile.
2. Además de eso ¿cuáles fueron las razones para volver definitivamente a Chile?
Fueron varios factores. Hubo un poco de azar a nivel personal, como un cambio de casa. Y al mismo tiempo me invitaron al Lollapalooza, estaba planeando venirme 6 meses para armar una banda y un team de baile, hacer una promo enfocado acá en Chile, etc… Y este premio que fue unos meses antes, me movió el piso más de lo que creí y me escribieron muchas chicas y chicos compartiéndome sus experiencias de abusos por parte de profesores, me llegaban mensajes internos de gente que me pedía consejos o necesitaba saber cómo denunciar. Me empezó a conmover mucho. Y también por temas familiares intuí que era buen momento para regresar… sabiendo que nunca nada es definitivo.
3. ¿Cómo has utilizado la música para expresar tus emociones y tus ideas en torno a la mujer y el feminismo?
Ahora voy a empezar a sacar disco nuevo, poco a poco van a ir saliendo sencillos durante este año. Un ejemplo es la canción “Y va a caer”, donde las protagonistas son inmigrantes colombianas y venezolanas. Esa canción se ganó un premio como mejor videoclip el 2018 y tiene un discurso fuerte. Yo me acordaba de este canto que se cantaba como protesta y quise actualizarlo; qué es lo que queremos cambiar hoy en día. Creo que tiene que ver con exigir respeto, esta lucha por detener el odio, por justicia para nosotras las mujeres, para que podamos trabajar, para que podamos caminar libres por las calles. Todas esas cosas son importantes combatirlas y esta música que estoy haciendo ahora trae bastante de lo que yo llamo “la batalla”.
En mi caso como música profesional, puedo ver que debemos dar muchas batallas en nuestro círculo para poder subirnos a un escenario. Si ves la cantidad de conciertos que hay en Chile, están absolutamente dominados por el género masculino y cuesta mucho entrar. Me pasó que al volver a Chile, no podía creer que amigas mías o chicas que admiro mucho con trayectorias largas, si estuvieran en México probablemente estarían en escenarios mucho más grandes. Hay varios factores que se combinan, no es por comparar México con Chile porque son realidades distintas, pero pasa que aquí aparte de falta de reconocimiento a los artistas, el ambiente está demasiado dominado por hombres. Desde que lo empecé a hablar por redes sociales, ha habido una conversación fuerte en torno a esta batalla. Mi nuevo disco va en esa línea, mis canciones van todas en la misma frecuencia.
4. ¿Has encontrado obstáculos durante tu carrera siendo cantante, mujer y chilena?
Yo veo que hay obstáculos todo el tiempo, en lo personal porque me ha tocado ser mi propia manager. Sin saberlo me he tenido que involucrar en distintas áreas de la industria musical y por supuesto que es difícil. Está el tema del acoso en todas las áreas laborales, el tema de que cuando vas a una reunión generalmente se espera otra cosa de ti o se te aborda de otra manera o el factor de que los hombres se insegurizan con las mujeres entonces las prefieren evitar. Cuando trabajas parándote en un escenario, muestras tus atributos, desnudas tu pensamiento, te muestras de manera muy transparente y eso confunde demasiado. Hoy en día yo lo tomo como falta de profesionalismo, pero antes estaban muy establecidas esas ambigüedades y se permitían.
Es complejo porque por supuesto que en la sociedad hay otras prioridades; tenemos mujeres en situaciones mucho más adversas y urge ayudar y solucionar cosas de base primero. Y claramente hay que ser aterrizadas a la realidad y saber que las mujeres de la música nos podemos sentir privilegiadas; somos personas que trabajamos en lo que nos gusta, nuestro trabajo nos llena profundamente aunque a veces no implique un tema de beneficios económicos en primer lugar, pero igualmente creo que es prioritario que las mujeres podamos tener más participación en eventos masivos porque es importante que se escuche nuestro discurso.
En los conciertos, fiestas o momentos de celebración es cuando la gente está cuerpo a cuerpo. Ahí en estos lugares pasan los encuentros de género, la mala o buena onda, las intensidades, pinchas con alguien o pasas momentos desagradables, ahí todo pasa de manera muy impulsiva… entonces claramente quien está en el escenario en esos momentos, haciéndote cantar, bailar y transmitiéndote un discurso es muy importante que pueda traer a colación en esos momentos los temas que necesitamos conversar. Yo doy fe absoluta de que en esos momentos es cuando la multitud lo entiende; por eso que yo peleo porque haya más mujeres en los escenarios.
5. ¿Qué es lo que más te gusta de lo que haces?
Me gustan todas las partes de mi trabajo, todas las áreas; el estudio de grabación es una parte que me alucina mucho, me encanta la parte de laboratorio, estar concentrada componiendo, armonizando, trabajando con mi equipo, produciendo música… es la parte reflexiva, donde tramas todo lo que va a pasar después. Los shows en vivo también me encantan; es donde se pulsan esas batallas de cuerpo presente y eso me ha llevado a esta otra parte más activista que es congregar a otras como yo, a otras artistas en base a un discurso.
6. ¿Qué consejo le darías a una mujer que quiere triunfar en el mundo de las artes y la música?
Hay un tema básico que es la disciplina, que tiene que ser muy auto impuesta. Yo probé yendo a la Universidad y me di cuenta “que no servía para nada”, porque ahí no se abordaban las disciplinas que realmente necesitamos las músicas, autoras y creadoras. Esto tiene tantas aristas, que te tienes que ir construyendo tu propia disciplina o escuela y eso es una cosa de rigor súper exigente y mientras más te exijas, todo se te va a retribuir con los años. Uno siente un vértigo al elegir ser artista en esta época en la que los trabajos van y vienen… pero creo que ser fiel a tu vocación al final te da una estabilidad tremenda.
Yo no escribo nada de manera literal, me gusta escribir en el borde, me gusta que las canciones que escribo tengan terceras y cuartas lecturas, me gusta componer tirando flow, rimando de manera improvisada y que esas cosas queden. Viene un lenguaje flow latino con un mensaje bien importante para que nosotras las mujeres nos juntemos, nos conozcamos, nos valoremos entre nosotras que creo que es un ejercicio tan hermoso que nos está tocando hacer a esta generación; estamos aprendiendo en el camino. Nadie nos enseñó que a las amigas las teníamos que valorar y que si es distinta a nosotras eso es bueno, nunca es competencia.