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Una de cada diez mujeres en Chile padece síndrome de ovario poliquístico, una de las patologías endocrinas más comunes en las mujeres en edad fértil. La situación ha ido empeorando en los últimos años, por los altos índices de obesidad y sobrepeso, que producen altos niveles de estrógenos.
Pero, ¿qué es el síndrome de ovario poliquístico? Como bien dice su nombre es un síndrome, el más común dentro de trastornos endocrinos metabólicos, donde se presentan tres criterios para obtener un diagnóstico.
Nicole Ausset, Ginecóloga del Centro Vida Mujer, nos cuenta “para llegar a un correcto diagnóstico se utiliza el “Consenso Rotterdam”, que determina tres criterios para este síndrome: menstruación irregular, altos niveles de andrógenos (hormonas masculinas), y quistes en uno o ambos ovarios.”
Los principales signos de la presencia del síndrome de ovario poliquístico son: menstruaciones irregulares, acné en distintas partes del cuerpo, cara, pecho y espalda; vellos con características masculinas y altos niveles de andrógenos específicamente de testosterona.
Este síndrome puede aparecer en cualquier momento entre la menarquia (primera regla) y menopausia, no hay una edad específica. Pero en caso de presentar síntomas a temprana edad, la Dra Ausset recomienda, “en las adolescentes hay que esperar que el periodo se estabilice para saber efectivamente si sus signos corresponden a la edad o si hay ovarios poliquísticos”, esto podría tomar un par de años, por eso siempre recomendamos que tengas tu visitas ginecológicas al día.
¿Cuáles son los riesgos a corto y largo plazo? Al ser una alteración endocrina, afecta de diversas maneras: intolerancia a la glucosa, diabetes tipo 2, aumento de posibilidades de cáncer de endometrio, diabetes gestacional, preeclampsia, parto prematuro, sobrepeso y obesidad.
Considerando que, según la Dra. Nicole Ausset, “una vez que se diagnostica, el síndrome de ovario poliquístico siempre sigue ahí, no es reversible”, es fundamental realizar un diagnóstico correcto y trabajar con un tratamiento adecuado. Para esto existen tres tipos:
- Tratamiento básico: alimentación equilibrada y ejercicio. ¡La idea es llevar una vida saludable!
- Tratamiento farmacológico: el más común, con uso de anticonceptivos para regular los ciclos menstruales y un endometrio más delgado. Así también, se podrán tratar la aparición de vellos y acné. Además, se utiliza la Metformina, para ayudar contra la intolerancia a la glucosa.
- Tratamiento quirúrgico: este se utiliza en muy pocos casos y es el “Drilling ovárico”, donde en pabellón se realizan múltiples perforaciones en la superficie del ovario, para disminuir su volumen y favorecer la liberación del óvulo.
Y, ¿cómo afecta a la fertilidad? Lo principal es qué hay una menor ovulación, lo que no significa que haya una infertilidad, sino que el proceso para lograr un embarazo puede ser más difícil, al tener un endometrio de menor calidad. “Lo correcto es que si una mujer planea un embarazo, debe haber una correcta preparación física; ordenar los ciclos menstruales, para inducir la ovulación”, nos cuenta la Dra. Ausset.
Nota Genias: Recuerda siempre asistir a tus citas médicas con periodicidad. Ten en cuenta tu historial médico y si padeces Síndrome de Ovarios Poliquístico, podrías considera sumar, a tus consultas ginecológicas, una endocrinólogo.