Este post es parte de los contenidos que publicaremos junto a Misiones de Rengo.
Las malas noticias, el estrés, la contaminación, el estado de la economía y muchas otras cosas que están pasando pueden perjudicar tu salud emocional y estado de ánimo. Pero, ¿qué podemos hacer nosotros frente a esto? Una opción para afrontar al mal tiempo es el optimismo.
¿Qué es el optimismo? Este se define como la “propensión a ver y juzgar las cosas en su aspecto más favorable.” Siendo una actitud por la cual se considera lo bueno o deseado como algo que se puede manejar.
¿Sabías que existe el concepto de estilo explicativo positivo? Es decir, una persona que tiende a contar los sucesos optimistas que vive, desde alguna causa interna, establecida en el tiempo y con efectos transversales en su vida, cómo: “Hay algo que yo hago bien. Siempre o muchas veces, me pasan cosas buenas”. Pero así cómo existe el estilo explicativo positivo, también está el negativo: “es mi culpa, siempre me va mal, nada me resulta”.
Considerando el escenario anterior, es donde aparece un valor muy importante a la hora de hablar de optimismo: resiliencia, la capacidad de salir adelante en contextos de dificultad. Y que en personas con estilo explicativo optimista, se reflejan percepciones como que los problemas son pasajeros y controlables, no así como en las pesimistas. Es por esto que es importante entender el poder que cada individuo tiene para hacer frente a desafíos y problemas.
El cerebro es un músculo y como tal, se puede entrenar. Por eso acá te compartimos tips que puedes utilizar para practicar y volverlo más optimista:
Meditar: durante el proceso de meditación hay mucha actividad cerebral, investigadores detectaron que la meditación puede “recablear” el cerebro para elevar los niveles de felicidad y disminuir el estrés.
Si bien no es una tarea sencilla, te recomendamos que comiences con sesiones de 5 minutos diarios, encuentres una posición cómoda, respires profundo y vayas dejando tus pensamientos a un lado.
Visualiza tus logros: Imagina dando rienda suelta a tus sueños. Cierra los ojos e imagínate logrando eso que tanto deseas; esto puede ser absolutamente lo que quieras, logro laboral, dejar de fumar, escalar una montaña, visitar ese lugar que tanto has pensado, lo que quieras. La sola idea de tener ese momento de visualización e incorporarlo como algo habitual, hará que te sientas mucho mejor y con más energía para conseguirlo.
Rodéate de energía positiva: Nuestros seres queridos, amigos, y familia son motores claves para lograr el optimismo. Haz todo lo posible por reunirte y estar en contacto con ellos, a pesar de la rutina y el cansancio. Evita también las influencias negativas.
Construye tu espacio: el ambiente físico tiene un gran impacto en nuestra sensación de bienestar. Decora tus espacios (casa, lugar de trabajo, habitación, incluso tu auto) con cosas que te levanten el ánimo, ese juguete de cuando eras niña, algunas plantas, velas, libros; acá todo lo que te guste, suma a que estés positivamente mejor.
Ejercítate: manténte activa físicamente, traerá muchísimos beneficios: reducir el estrés, mejorar la autoestima, dormir mejor, disminuyendo la ansiedad; porque tu cuerpo empieza a liberar endorfinas. Esta hormona actúa como estimulante, dando placer natural. Y si haces ejercicio con alguien de tus amigos o familia, ¡uf tienes el combo completo!. No es necesario que corras una maratón para esto, caminar o andar en bici también ayuda.
Ser optimista no se trata de sonreír constantemente a pesar de la pena. Ser optimista es el resultado de un proceso mental que toma tiempo y esfuerzo. Todo trabajo que te ayude a ser más feliz, ¿vale la pena, no crees? Es por esto que Genias y Misiones de Rengo te invita a entrenar el optimismo y a vivir viendo la copa medio llena.
Nota: Conoce más sobre cómo Misiones de Rengo te inspira en base a su mirada optimista.