Menstruación irregular, subidas y bajas de peso, infecciones urinarias, dolores de cabeza, depresión, ansiedad, taquicardias, sequedad vaginal y de la piel, son unos de los muchos síntomas que se pueden presentar viviendo con menopausia precoz o insuficiencia ovárica prematura.
Isabel Farías Meyer, periodista y activista sobre la menopausia precoz, nos cuenta la importancia de visibilizar está condición que, hasta el día de hoy, padecen miles de mujeres en nuestro país, las que muchas veces deben vivir en silencio y sin tratamiento.
“Hay varios riesgos asociados si no se tiene el tratamiento adecuado, desórdenes metabólicos, parkinson, depresión, crisis de pánico o parkinson”. Fue esta última enfermedad, producto de la menopausia precoz, que le provocó a Isabel una fractura de columna, que la llevó a darse cuenta que no hay suficiente información al respecto, ni redes de apoyo de quienes lo padecen.
En general la menopausia ocurre alrededor de los 50 años, y puede adelantarse. La menopausia precoz sucede antes de los 40 años, y es ahí cuando hay que estar atenta a los signos que nos muestra nuestro cuerpo, porque muchas veces el tiempo puede hacer grandes diferencias.
¿Menospausia precoz o Insuficiencia Ovárica prematura?
Las dos tienen los mismos síntomas, pero tienen diferente desarrollo. Muchas veces el signo más fácil de ver, sin exámenes médicos de por medio, es si se sigue menstruando o no, si es irregular o hay un cese total. En ambos casos las respuesta la debe dar un Ginecólogo, mediante exámenes clínicos, genéticos y hormonales.
“La Insuficiencia Ovárica Prematura, tiene un tratamiento, se puede revertir, mediante reemplazo de hormonas por ejemplo. En cambio la menopausia prematura, es cuando ya no hay ovocitos y el ovario pierde la función principal de producir estrógenos” cuenta Isabel, lo que provoca que ya no haya una estimulación al útero, sin poder menstruar.
El correcto diagnóstico de la menopausia precoz o insuficiencia ovárica prematura, permiten una mejor calidad de vida actual y futura, por lo que te recomendamos estar alerta a las señales de tu cuerpo, además de tener un control ginecológico adecuado.
Condición, no enfermedad
“No podemos hablar de una enfermedad, es una condición. Porque no hay un tratamiento en contra de esto, sino que contra los síntomas.” Nos cuenta Isabel, lo que para varias de las personas afectadas es frustrante y genera ansiedad, porque “no hay un origen específico de la insuficiencia ovárica o de la menopausia precoz, no se puede anticipar”.
No hay un tratamiento que haga recuperar la funcionalidad de los ovarios, pero sí hay para combatir los síntomas, como lo son reemplazo de hormonas, inyecciones de anabólicos, suplementos para reforzar el calcio en los huesos y tratamientos psiquiátricos o psicológicos, que ayuden y acompañen a las pacientes.
Fertilidad, sí o no
El problema principal para muchas de las cientos de mujeres que sufren está condición es el tema del embarazo, donde la ansiedad y los cambios de ánimo, junto con la presión social y la frustración, hacen que el proceso sea aún más complejo.
“Entre el 3% y 5% de quienes tienen menopausia precoz o insuficiencia ovárica prematura, pueden tener un embarazo natural, lo que tampoco significa que sea un embarazo que se desarrolle correctamente”, comenta Isabel. Sin embargo, hay algunos casos donde hay embarazos no buscados. Algunas mujeres, al darse cuenta de que no menstrúan, pueden pensar que sería imposible quedar embarazadas, lo que no es completamente cierto.
Reconocimiento
La experiencia de Isabel, la llevó a formar “Fundación Respuestas” que busca visibilizar la menopausia precoz a través de una nueva ley. “Queremos que haya un reconocimiento, para mejorar la calidad de vida de todas las personas con útero. Generando inclusión real, bajando información a la sociedad”, destaca Isabel Fundadora de la fundación, que está en proceso de investigación y diseñando el proyecto de ley, junto con un equipo de especialistas, con investigadores y alianzas.