Luego de trabajar varios años en el área de ventas en una empresa del rubro industrial, la ingeniera comercial Bárbara Perret, decidió hacer algo que la apasionara.
“Cuando nació mi primera hija sentí que tenia que hacer algo que me moviera y así ser consecuente con lo que le quería mostrar”, señala.
En ese entonces, Bárbara usaba productos de una marca natural, pero que constantemente sufría quiebres de stock, así que se decidió y empezó a buscar alternativas. “Pensaba en que no debía ser la única mamá en Chile a la que le pasaba lo mismo: que quería usar productos naturales libre de tóxicos en sus bebé”.
De esta forma creó Naay, su primer emprendimiento de cosmética natural y terapéutica, en el cual aplicó además políticas de comercio justo.
“Después de 4 años trabajando con Naay quise hacer una marca 100% mía, que fuera chilena , y que de alguna manera pudiera generar conciencia de lo que nos está pasando como seres humanos y cómo afecta a nuestro planeta”.
Fue así como nació Natural Detox, marca de cosmética anti-polución que pretende contrarrestar los efecto que tiene la contaminación en la piel con ingredientes orgánicos con efecto detox, como el pomelo, goji, maqui, rosa moqueta , ácidos frutales, genjibre entre muchos más.
“Mi intención con esta marca es que la gente elija los productos por la manera que tiene de hacer las cosas. Por eso, cuando empecé, lo primero fue elegir proveedores que no testearan en animales, que las materias primeras fueran orgánicas y todas de origen vegetal. Además, los envases que ocupamos en neutros cosméticos son 100% reciclables, y emiten un 62% menos de co2 al ambiente que los envases de plástico”.
¿Qué ha sido lo más desafiante de emprender?
Creo que lo más desafiante de emprender es la constancia y perseverancia que se necesita, sobre todo al principio. Es ponerle tanto lucas como tu energía, salir a buscar los clientes para que muchos te digan que no porque nadie conoce la marca.
En ese proceso agradezco mi primer trabajo ya que de alguna manera me entrenó para esa etapa, ¡hay que creerse el cuento todos los días!
¿Cómo es emprender en la industria de la cosmética en Chile?
Es difícil, más si te quieres enfocar en utilizar materias primas que sean orgánicas.
Primero tienes las barreras de entrada que son los permisos en el Instituto de Salud Pública (ISP). Son súper caros, y todos tus productos deben ser producidos en un laboratorio cosmético que asegura que lo que están vendiendo es lo que registraste en el ISP y lo que sale en tu etiqueta. Aquí lo difícil son los mínimos de producción que te exigen, que son altos.
Otra barrera son la materias primas, que en nuestro caso son orgánicas certificadas y nos las venden en Chile. Las debo traer de afuera y tienen mínimos de compra lo que hace que la inversión inicial sea muy alta.
Tienes dos emprendimientos, ¿cómo ves que ha evolucionado el tema de emprender en nuestro país? ¿Es más fácil ahora? ¿Hay más apoyo, facilidades?
Apoyo no hay mucho a mi manera de ver. En cuanto a políticas creo que son poco amigables y la lectura de éstas son complejas.
Pero sí creo que las redes sociales ha democratizado el panorama y han hecho más alcanzable la publicidad, ya que con un trabajo constante y dedicado puedes tener buenos resultados. Siento que le han dado vida nuevamente al boca a boca.
¿Qué consejo le darías a las Genias que quieren emprender?
Un consejo sería que todos tenemos la capacidad de poder hacer lo que queramos, y una vez que lo definimos hay que jugársela al 100%
Por eso, en la primera persona que tienes que creer es en ti, así el resto se da solo.
