“Somos un grupo de estudiantes que buscamos rescatar la lectura de ese estante perdido que se encuentra en nuestro país”.
Así es como se definen los miembros de la iniciativa Comparte tu Libro, creada el año 2016 por Antonia Carrizo, quien actualmente cursa cuarto medio en el Liceo Carmela Carvajal.
Con el objetivo de fomentar la lectura, es que desarrolló esta idea que tiene como principal mecanismo el compartir libros.
Y aunque el camino no ha sido fácil, cada día son más los voluntarios que participan ya no solo dentro de la comunidad de lectores, sino que también fomentando la lectura en niños que se encuentran internados en hospitales públicos y construyendo bibliotecas en colegios vulnerables de nuestro país.
Nombre: Antonia Carrizo
Ocupación: Estudiante y creadora de Comparte tu Libro
Cuéntanos sobre ti y a qué te dedicas
Tengo 17 años y soy estudiante de cuarto medio del Liceo Carmela Carvajal. Hace aproximadamente 4 años me dedico a traer a Chile algo tan clásico y necesario como es el leer.
¿Qué es y cómo nace Comparte tu Libro?
Comparte tu Libro es un proyecto que nace el 2016, a raíz de mi interés por ser presidenta de curso. Para que mis compañeras votaran por mí, sabía que tenía que generar alguna propuesta interesante. Entonces me di cuenta que mis compañeras se compartían los libros entre ellas, pero no todas conocíamos los libros que tenía la otra. Basándonos en eso, es que decidimos crear un gran catálogo con todos los libros que podíamos compartirnos como curso y después de ser leídos, estos se devolverían a su dueña.
Ya el 2017 comenzamos a expandirlo a todos los cursos de básica y nos dimos cuenta de que había muchas niñas a las que les gustaba leer. Aquí es cuando comenzamos a crear el concepto de comunidad lectora, ya que el leer puede ser una actividad que se realiza en conjunto y convertirse en un agente de cambio social.
Decidimos partir con los lectores modelos, los cuales son gente culturalmente importante para los adolescentes, qué nos cuentan sus experiencias como lectores. Tuvimos a Álvaro Díaz y a Ángel Parra, solo por mencionar algunos.
Con nuestra humilde invitación “abrimos” la escuela a que otros sujetos con otros roles sociales nos enseñaran, se involucraran en nuestro proceso educativo y nos dejaran un mensaje claro: no somos pocos, y mientras más joven se comienza el hábito lector, más probabilidad hay de que perdure durante la vida adulta.
Y es aquí donde esta actividad se perfila como otra instancia de aprendizaje de calidad: aprendemos de la realidad de otro, de la experiencia de otro y contamos con la motivación de otro que siente compromiso y aporta en nuestro proceso, que se vuelve más estable y significativo en el tiempo.
Con esta actividad hemos aprendido a ser más autónomos y proactivos, al mismo tiempo que hemos tomado de algún modo el rol de facilitador de aprendizajes.
¿Cuáles han sido los principales desafíos que has enfrentado con este proyecto?
Al principio los lectores modelos nunca nos tomaban en cuenta, entendemos que son gente famosa que debe recibir cientos de mensajes diarios, pero somos insistentes y por suerte algunos decidieron ayudarnos.
El otro desafío que siempre hemos tenido son los fondos. Como somos menores de edad, no tenemos personalidad jurídica, por lo que no podemos postular a concursos públicos. Por esto mismo es que nos financiamos con los jeans days que el liceo nos permite realizar.
Eres súper joven, ¿crees que están las instancias para que jóvenes como tú presenten proyectos sociales como este?
Creo que es muy complejo, pero se puede.
Me he dado cuenta que existen las instancias para presentar proyectos, pero estas nunca van a llegar a ti, sino que tú debes llegar a ellas para poder hacer crecer tu iniciativa.
¿Cómo han reaccionado tus pares y personas más adultas a este proyecto?
Mis compañeras han reaccionado genial, queriéndose sumar a la causa. Fue en ese afán de tener a más gente que quiere sumarse, que nace el voluntariado. Realmente hay muchos adolescentes que quieren sentirse útiles y hacer algo por el otro. Es aquí donde hago un llamado a las organizaciones a que tomen en cuenta el voluntariado con adolescentes, porque somos personas que sí queremos trabajar y en Chile muy pocas veces se nos toma en cuenta.
Y respecto a los adultos, quedan impactados con lo que hacemos, se sorprenden que seamos adolescentes los que llevemos esta causa y que construyamos comunidades lectoras en lugares tan distintos.
¿Cuál es tu sueño con Comparte tu Libro?
Mi sueño es que en unos años más solamente tengamos que preocuparnos de ser el facilitador y mediador de la lectura. Que nuestra otra misión de construir bibliotecas ya no sea necesaria, porque las autoridades del país se hicieron cargo de que cada a cada niño, niña y adolescente tenga acceso a un libro.
Sabemos que el año 2016 fueron seleccionados como uno de los diez mejores emprendimientos escolares, según CORFO y el año 2018 tuvieron que representar a Chile en el encuentro internacional de Concausa, organizado por Cepal, Unicef y América Solidaria. ¿Cómo fue esa experiencia?
Ambas fueron experiencias muy distintas . La primera la vivimos con un proyecto que venía naciendo, en donde sí quedamos entre los 10 mejores, de los 1000 que postulaban a nivel nacional. Pero de todas maneras perdimos y no nos ganamos el premio, entonces fue súper frustrante, porque ahí nos dimos cuenta de que el leer, para los tomadores de decisión y para el chileno, no es importante.
La segunda fue muy distinta, ahí ganamos y representamos a Chile en un encuentro internacional. Por primera vez sentimos que había gente “importante” qué estaba valorando nuestro trabajo. Conocimos agentes de cambio de todo el continente y también tuvimos la posibilidad de participar en la declaración de los 30 años por la Convención por los Derechos del Niño.
¿De qué manera Comparte tu Libro se ha visto afectado por la crisis que estamos viviendo?
Comparte tu Libro se basa en la creación de comunidades, puesto que creemos que el leer es una actividad que podemos hacer en conjunto. Tomando esto a consideración, la pandemia sí nos ha afectado, ya que al no vernos físicamente y no poder interactuar, se hace complejo todo nuestro trabajo.
¿Qué medidas están tomando y de qué forma se está adaptando el proyecto al contexto actual?
Con todo esto, nos dimos cuenta que siempre hemos tenido una comunidad muy activa en nuestro Instagram y que ahora es momento de acompañarl@s. Así que por ahora estamos regalando libros a través de trivias que hacemos con algunos de nuestros lectores modelo y transmitiendo en vivo con profesores de nuestro liceo, porque hemos perdido la interacción con ellos por estos días y con el equipo creemos que deben ser una compañía durante la cuarentena. Y al parecer estamos en lo correcto, porque esas transmisiones son un éxito.
¿Cuáles son los próximos pasos de Comparte tu libro?
Cuando pase la pandemia, retomar nuestro viaje a Lonquimay. Necesitamos concretar la construcción de 3 bibliotecas en 3 escuelas de allá, que teníamos programadas para marzo.
¿Qué consejo le darías a las Genias que tienen tu edad y quieren comenzar con algún proyecto pero no se animan?
Personalmente, creo que si no se animan es porque esa causa que están intentando resolver no las mueve al 100%.
Pueden tener ciertas inseguridades, quizás piensan que el tiempo no les va a alcanzar, pero, y quiero que este mensaje les quede claro, invertir tu tiempo en hacer algo por el otro es muy enriquecedor, vale la pena y vas a llevarte un aprendizaje tanto tú como la persona que tu iniciativa impacta. Eso es lo bonito qué tiene la vida, poder aprender de la experiencia del otro.
Además, creo que los jóvenes debemos ser parte de la solución a nuestras problemáticas, debemos ser personas que no se cansen de buscar cambios y estar ávidos por ser parte de ellos.