En una nueva colaboración con la Revista Paula, en la sección “Emprender”, hoy contesta el cuestionario la diseñadora Josefina Santa María, creadora del Estudio Santa María.
Desde el 2011 trabaja en este Estudio donde realiza proyectos de diseño de interiores y construcción de identidad de distintos espacios, principalmente restaurantes, cafés y bares. Toda una genia que hoy nos revela algunas de sus experiencias emprendiendo.
¿Qué querías ser cuando eras chica?
Cuando muy chica quería ser cuidadora de ovejas. Miraba las ovejas y me daban ganas de ser pastora. Después, ya en el colegio, quería ser arquitecto. A último minuto decidí entrar a estudiar diseño, pero igual a lo que me dedico está muy ligado a la arquitectura. Siempre fui buena para dibujar, me gusta mucho. Y era muy buena para las manualidades.
¿Cómo nació la idea de tu negocio?
Empezamos con una tienda de muebles para niños, en una época donde no había nada lindo. Mi hermana venía llegando de Nueva York y no tenía dónde comprar muebles para su guagua. Me pidió que se los hiciera yo, y así empezó. En paralelo, hacía pegas de interiorismo y terminamos uniendo las dos cosas. Después cerramos la tienda y seguimos con los proyectos.
¿Cuál fue el mejor consejo de negocios que te dieron cuando partiste?
La verdad es que no me dieron muchos consejos. Me hubiera encantado que me dijeran que cuando uno emprende, al principio lo vas a pasar muy, pero muy mal, pero que es parte del proceso. Que en un principio no hay nada de glamoroso, que cuesta afirmarse y estar tranquila. Pero que eventualmente lo empiezas a pasar bien. Yo me he equivocado harto, pero ahora ya puedo decir que esto funciona y estoy feliz.
¿Cuál ha sido la lección más importante que has aprendido?
Creo que lo más importante es tener muy clara la contabilidad de tu emprendimiento. Ser súper ordenado en eso. Y poder delegar y dejar que alguien más lo haga si es que no eres capaz.
¿Cuál ha sido el obstáculo más grande a la hora de emprender y cómo lo superaste?
Cuando uno es chica y está empezando, muchas veces no tienes un colchón importante de plata y te trabas. Los bancos no te prestan plata, entonces no puedes avanzar, a menos de que tengas un gran respaldo. Creo que lo más difícil para un emprendedor es eso. Yo soy súper arrojada y pensé ‘quiero emprender’, y lo hice sin pensar. Me lancé. Me demoré mucho, perdí mucha plata y estuve endeudada en un momento, pero ahora estoy en paz. Hay que ir bicicleteando.
¿Qué logro es el que más te enorgullece?
Me enorgullece mucho haber llegado a este punto y haberlo logrado sola. Tengo una socia, mi hermana, pero la marca y la imagen finalmente las he ido construyendo yo. Llegar al punto donde te busquen por tu trabajo, que te reconozcan, que valoren lo que haces, es muy gratificante.
¿Qué es lo que más te gusta de tu espacio de trabajo?
Uso súper poco mi oficina, soy más bien nómade. Ando con mi computador para todos lados, ya que finalmente esa es mi herramienta principal para trabajar. Igual tengo una oficina chiquitita, a cuatro cuadras de mi casa. Curiosamente, no la tengo decorada, pero es luminosa y tranquila. Me gusta porque es el único lugar en el que me puedo concentrar. Me cuesta mucho ir, porque siempre me ando moviendo, pero cuando voy, me rinde muchísimo.
¿Qué ritual, objeto o rutina no puede faltar en tu día laboral?
Establecí como rutina que no puedo llegar a mi casa después de las cuatro de la tarde, porque tengo dos perros que amo con locura y no me gusta que estén botados todo el día. Si tengo que seguir trabajando, lo hago en mi casa.
¿Qué mujer te inspira?
Mi mamá. Es el referente más cercano que tengo y se dedica a lo mismo que yo. Me pasó lo típico de que nadie se quiere parecer a su mamá y terminas siendo igual. La admiro profundamente y me inspira mucho, especialmente porque es muy independiente.
¿Qué consejos darías a alguien que quiere emprender?
Ponerse el chaleco anti balas y estar consciente de que va a ser difícil. Que es un camino en el que a veces vas a querer mandar todo a la cresta, pero que hay que seguir porque en algún momento la vida te premia.