El pasado viernes 19 de octubre vivimos una nueva sesión del programa Mujeres BR en el cual, durante 6 meses, trabajamos con más de 40 mujeres líderes de Banco Ripley en torno al liderazgo y empoderamiento.
En esta oportunidad las asistentes fueron parte de un inspirador conversatorio sobre Comunidad y Sororidad, que tuvo como protagonista a 3 speakers que nos acompañaron durante las sesiones previas: Blanca Rodríguez, Coach Ejecutiva y experta en desarrollo de talento, Sharoni Rosenberg, abogada, experta en propósito y sostenibilidad, y Andrea Garderes, socia directora y consultora senior en Almabrands.
La actividad, moderada por la CEO y Fundadora de Genias, Jime Zapata, se centró en reflexionar en torno a estas temáticas de manera cercana y empática.
Comunidad
Las 3 panelistas nos entregaron su visión en torno a este concepto, desde veredas muy diversas pero igual de interesantes y valiosas.
Blanca Rodríguez lo hizo desde el networking, destacando la importancia de tener una red de apoyo nutrida a la cual puedas estar apoyando constantemente.
Sharoni, por su parte, asoció la comunidad a la idea de pertenencia, entendiendo que “es imposible que seamos felices si no vivimos en un contexto de comunidad”.
Finalmente, Andrea señaló que la comunidad tiene que ver con aquello que nos une: “hay cosas que nos hacen diversas, pero siempre hay algo que nos pone en el mismo territorio: ser mujeres. Nos une la comunidad desde la brecha, hacia dónde queremos llegar y qué queremos alcanzar”, señaló.
Sororidad, un concepto nuevo
Con el concepto de comunidad como base, las panelistas y participantes reflexionaron acerca de la sororidad, es decir, la relación de solidaridad entre las mujeres, especialmente en la lucha por su empoderamiento.
Todas coincidieron en que éste es un término relativamente nuevo, el cual no todas las mujeres comprenden, o lo sienten tan representativo.
“Tenemos que reconocer que la sororidad existe porque hemos generado una distancia entre nosotras. Es difícil pelear por la igualdad de género si como mujeres no estamos unidas. Y esto no tiene que ver únicamente con compartir con otras, sino de qué tan genuinas somos para inspirar a otras”, señaló Sharoni.
“No nos hemos estado apoyando como debiésemos, somos una generación bisagra: quedamos entre los patrones de las mujeres que nos antecedieron y aquellas que miran hacia el futuro y quieren generar cambios. Lo importante es que haya espacio para todas y podamos florecer juntas”, finalizó.
Para Andrea, el desafío de la sororidad es no hablar de este concepto desde el prejuicio: “Hay un poco de miedo a esta palabra, sin embargo, debemos entenderla desde la mirada de la hermandad”.
Asimismo, señaló la importancia del liderazgo como una forma de apoyar a otras mujeres, a abrirles camino en espacios que, históricamente, han estado dominados por hombres. “Tenemos un desafío de sentirnos cómodas y salir del prejuicio que la sororidad solo tiene que ver con la lucha feminista”, señaló.
Construir comunidad dentro del trabajo
Sin duda, uno de los desafíos más importantes en torno a la comunidad y sororidad es cómo lo podemos llevar a nuestra vida diaria, específicamente a nuestro entorno laboral.
Para Blanca es fundamental definir quién queremos ser, cómo lo vamos a conseguir, y cómo ese plan se enlaza con acciones que potencian la sororidad y la comunidad dentro de una organización. “Mentorizar, hablar bien de otras cuando haya ocasión, impulsar y apoyar a nuestro equipo, etc”, son algunos de los ejemplos que entregó.
Algo similar señaló Andrea. “Cuando estamos en puestos de liderazgo existen desafíos, pero debemos ser valientes y dar un paso más allá. No sólo hablar de sororidad y comunidad, sino también generar instancias de acción donde se pongan en práctica estos contenidos y aprendizajes”.
Además de lo señalado por las panelistas, tuvimos la posibilidad de escuchar los relatos y preguntas de las participantes, lo cual generó una conversación muy interesante, personal y en la que pudimos conocer diferentes visiones y puntos de vista.
Desde Genias estamos felices con el resultado, tanto de este conversatorio. Estamos convencidas que instancias como estas sólo generan un movimiento positivo dentro de las empresas, tanto a nivel de equipo como a nivel personal.
¡Un abrazo a todas quienes nos acompañaron y nos ayudaron a generar esta experiencia tan enriquecedora!
