El martes pasado fue el pre-estreno de la película "Buena suerte, Leo Grande", protagonizada por Emma Thompson y Daryl McCormac, y junto a BF Distribution quisimos hablar de la importancia de conocernos como mujeres; saber qué nos gusta, qué no nos gusta, y a empoderarnos a través de ese proceso de autoconocimiento.
Uno de los aspectos que más destacan en esta película es la vulnerabilidad, y lo poderosa que puede ser como herramienta de autodescubrimiento. En tiempos donde la vulnerabilidad por fin está teniendo buena prensa (gracias, Brene Brown), “Buena suerte, Leo Grande” es un gran reflejo de estos tiempos.
Elegida por Vogue como una de las mejores películas estrenadas en el festival Sundance de este año, y por Buzzfeed News como una de las películas independientes más “excitantes” de ver, es fácil coincidir con las buenas críticas que ha recibido esta película: las actuaciones son maravillosas, sobre todo Emma Thompson, quien interpreta a Nancy Stokes, una viuda y profesora de religión de 55 años en pleno proceso de descubrir su propia sexualidad; gustos, miedos, anhelos y todo lo que involucra el autoconocimiento después de toda una vida dedicada a otros (tiene dos hijos que ella misma describe como “decepcionantes”).
Leo Grande, por otra parte, interpretado por Daryl McCormack (Picky Blinders) es un trabajador sexual contratado por Nancy para ayudarla a recuperar todas las experiencias que se ha perdido durante sus años de matrimonio, y quien tiene sus propios asuntos por resolver consigo mismo y su familia.
La película empieza con el primer encuentro entre Nancy y Leo, en una habitación de hotel. Después de un saludo incómodo que se extiende durante los primeros minutos de la película, seguido de una serie de preguntas por parte de Nancy a Leo, como “¿qué música te gusta?”, “¿eres irlandés?”, “¿hace mucho que haces esto?” o “¿lo disfrutas?”, los dos personajes van estableciendo un vínculo de confianza que va creciendo a medida que se van encontrando de nuevo en la misma habitación.
En cada uno de los cuatro encuentros entre Nancy y Leo (la película también parece una obra de teatro dividida en cuatro actos, cada uno representado por un encuentro, y siempre en el mismo lugar), vamos entendiendo los miedos de cada uno, incluso los de alguien como Leo, una persona que a simple vista parece perfecto: es joven, guapísimo, carismático, y puede sostener una conversación con humildad y seguridad, al mismo tiempo. Sin embargo, a medida que avanza la película, nos vamos enterando de sus propias inseguridades y trancas de infancia.
No vamos a hacer más spoiler, pero hay una escena donde discuten porque Nancy rompe el acuerdo de privacidad, y le dice que lo buscó en internet, y que averiguó su nombre real. En ese momento, Leo comienza a vestirse para irse, algo que rara vez tiene que hacer. Nancy cruzó su límite más importante, y esta violación a la confianza desencadena una discusión que tira abajo todas las máscaras que ambos tenían hasta ese momento. En ese sentido, la vulnerabilidad juega un rol fundamental en la forma en que vamos conociendo mejor las intenciones y emociones de ambos.
Sobre la última escena de la película, donde Nancy se mira al espejo completamente desnuda, Emma Thompson contó en una entrevista a Yahoo Entertainment:
“Quiero decir, me arrastraron, patearon y gritaron. Yo pensaba: 'Por favor, no me obligues a hacer esto. Por favor. Pero dije: ‘Está bien. Todo está bien. No soy yo... Nancy no se objetiviza a sí misma... No se juzga a sí misma negativa o positivamente. Es una mirada extrañamente neutral y ella se mira a sí misma, no por el exterior, sino por el interior. De repente es capaz de sentirse a sí misma. Así que en cierto modo es un renacimiento. Así que esa mirada en el espejo es la primera vez que ve su cuerpo, de verdad”.
En resumen, ¡recomendamos totalmente esta película! No diremos quién del equipo lloró al final (¡ejem! Jime Zapata), pero la sola actuación de Emma Thompson es razón suficiente para pagar una entrada e ir a verla. Y por qué no decirlo, Daryl McCormack no se queda atrás, tanto en el nivel de su actuación, como en lo hermoso que se ve en el papel de Leo Grande.
