Podemos asegurar que (casi) todo en la vida, tiene dos o más puntos de vista. Y eso lo grafica muy bien el Niksen, técnica de relajación holandesa que le da un nuevo significado al “no hacer nada”.
Primero fue el hygge, hábito danés de hacer algo placentero cada día, luego el nesting, como la práctica de “anidar” durante los largos inviernos, y hoy es el Niksen, que también tiene como fin el bienestar y el disfrutar de las cosas simples de la vida.
Esta idea surge como respuesta a la sobrecarga de actividades en nuestras vidas, y a la inmediatez que nos consume a diario, por lo tanto, su premisa es centrarse en la inactividad consciente.
El desafío está en quitarnos de la cabeza que el “no hacer nada” está mal. Vivimos en una sociedad en que el estar ultra ocupado es sinónimo de estatus, de lo correcto, de ser eficiente y productivo.
Pero, ¿es realmente así?
Según un estudio realizado en la Universidad de Virginia, el impacto real de estar todo el día ocupado, produce el síndrome de desgaste profesional, o burnout, además de crisis de ansiedad y estrés. ¿Lo has sentido?
Por lo mismo, hábitos como el Niksen no parecen tan alocados, sobre todo cuando son un beneficio para plantear nuevas ideas, ya que nuestro cerebro, incluso cuando no hacemos nada, sigue procesando información, logrando resolver problemáticas pendientes. Es decir, podemos fomentar la productividad y creatividad de forma imaginativa.
¿Cómo poner el práctica en Niksen?
Si te gustó este nuevo concepto y quieres integrarlo a tu rutina diaria, puedes comenzar con 20 minutos de pausa, sentándote en una silla o mirando por la ventana.
Probablemente, al comienzo, sentirás que es difícil sacar de tu cabeza los pendientes, pero a medida que pase el tiempo lograrás despejarte. Disfruta este momento.
Un buena idea para conseguirlo es tener un entorno que lo facilite. Por eso, busca un lugar acogedor en tu casa, lejos de las pantallas y estímulos tecnológicos. Busca un rincón de paz, cómodo y silencioso.
Aprovecha estos momentos para recargar tus pilas, dale espacio al ocio y no te sienta culpable por eso. Una buena idea es reconocer en qué momentos practicar el Niksen para que sea un beneficio real a tu rutina.
¿Y tú? ¿Lo pondrías en práctica?