Tras un cambio importante en tu vida decidiste cortarte el pelo, o luego de dejar un trabajo tomaste la decisión de teñirlo. ¿Te suena conocido?
Tu pelo es mucho más que una parte de tu cuerpo. Eso lo sabemos bien las Genias, y también Dove que nos invita a pensar en él como una parte de nuestra historia, una representación y un reflejo de nuestra evolución.
Un mensaje que además busca activar una voz fuerte a favor del cambio, en causas como discriminación, deconstrucción de estereotipos, libertad de género y la igualdad.
Motivadas por este propósito es que hoy quisimos compartir las historias de algunas mujeres de nuestro equipo, donde nos cuentas cómo su pelo fue el reflejo de alguna etapa importante de sus vidas, cómo las ayudó a sentirse empoderadas, fuertes y seguras de si mismas.
Dani – Project Manager en Empresas y Marcas
4to medio fue un año de muchas decisiones y cambios, siempre fui al mismo colegio y ahora tenía que dejar esa rutina que me acompañó por 14 años, y además tomar la decisión tan importante sobre qué estudiar.
En un minuto sentí que necesitaba un cambio de energía, un recambio de confianza, y creí que una buena solución era partir por fuera para seguir por dentro. Me lo corté y en verdad me sentía renovada. No creo que ese hecho en particular me haya dado la solución a todos mis problemas, pero sí creo que generó una nueva vibra.
Desde ese momento, cada vez que me siento estancada en un sentimiento o un momento, aprovecho de ir a la peluquería y hacerme un cambio. Me hace partir desde cero, sentirme renovada y retomar las cosas desde una mirada más libre.
Jime – CEO y fundadora de Genias
Siempre, después de tener a mis hijos, me he cortado el pelo estilo melena. Siento que es un minuto de mi vida en el que parto una etapa nueva, y me gusta hacerlo de manera tangible.
Para mi este cambio es algo concreto y gracias a él me siento liviana, renovada y llena de energía nueva.
Coni – Diseñadora
Viví, durante casi 4 años, una relación muy tóxica, estaba vulnerable emocionalmente y sin nada de amor propio. Un día me enteré de muchas cosas malas que me había hecho mi pareja de ese entonces, pero estaba tan acostumbrada que ni me importó, pero sí me sirvió para tomar la decisión definitiva de cortar esa relación de raíz. Y así fue, terminé el pololeo, y la mejor manera de representarlo fue cortarme el pelo hasta los hombros, y además de eso, viajar a Buenos Aires a desintoxicarme de todo lo que había vivido.
Este cambio tuvo un doble propósito, no sólo me sentí más libre, sino también más empoderada, ya que a mi pareja en ese entonces no le gustaba el pelo corto y me decía que no lo hiciera.
Desde ese día comencé a vivir un proceso de liberarme de todo lo malo que había vivido, de volver a mirarme con cariño y a tener una relación de amor propio que había perdido.
Y tu pelo, ¿tiene alguna historia que contar?
