Aceptémoslo. La rutina, las redes sociales, Netflix y la vida familiar nos consumen. Nos hace falta dejarnos el tiempo necesario para hacer otras cosas que nos sirvan intelectualmente…como por ejemplo; leer libros. ¿Cuándo fue la última vez que te leíste uno? Y cómo desperdiciar este momento de intelectualidad cuando en nuestro país contamos con gente (mujeres!!) talentosas y creativas.
Hoy día les queremos mostrar cuatro libros de chilenas que tienen que tener en su velador o leer en algún momento, sobre todo ahora que se vienen las vacaciones… o más que vacaciones, un poco de tiempo libre. Cada uno tiene un estilo y temática distinta, pero hay para todos los gustos;
1) “Todas somos una misma sombra” de Catalina Infante
“Una mujer se refugia en una isla para escapar de una relación de pareja. Dos hermanos se despiden de la tierra donde se forjó su infancia. Una chica lava los platos sucios de un hombre que no la conoce, mientras otra espía por las noches los correos de su ex”.
Todas somos una misma sombra es un libro de cuentos que reúne ocho relatos narrados por mujeres. Sus historias surgen desde una voz íntima femenina y dan cuenta de esa realidad silenciosa, subterránea y desconocida de las mujeres. Tanto en la trama de sus cuentos como en su estilo narrativo, la autora da cuenta de la sutileza de lo femenino.
2) “La Mesa: Cocina Natural” de Antonia Cafati y Augusta Alemparte.
Dos cocineras y expertas en alimentación consciente lanzaron un libro con más de 100 recetas sanas para toda la familia. Ellas son Antonia Cafati y Augusta Alemparte, quienes se unieron a la fotógrafa Macarena Álvarez para editar La Mesa: Cocina Natural. En el libro, además de las exquisitas recetas, se explica el concepto de Batch Cooking (una práctica manera de organizar en pocas horas el menú semanal) y comparten recetas diseñadas para curar al cuerpo y sanar dolencias. Comida real. Sin sucedáneos, sin fórmulas mágicas ni ingredientes extraños.
La inspiración principal para este libro es la naturaleza, las estaciones y sus materias primas. Esos son los ingredientes fundamentales de sus preparaciones, basadas en plantas o veganas, aunque también hay alternativas con huevo y queso de cabra. “Creemos que este libro puede ser una herramienta útil para cualquier persona, independiente del tipo de alimentación que tenga. Si bien todos sabemos que hay alimentos buenos y malos, creemos que la alimentación es muy personal, no existe una dieta milagrosa o un tipo de alimentación que le acomode a todos”, explican las cocineras. Por último, destaca un capítulo llamado ‘Para Sanar’ en donde comparten alimentos y preparaciones caseras, fáciles y medicinales, como algunas agüitas de hierbas, batidos especiales y alimentos fermentados.
3) “Esa vida que imaginamos” de Florencia Eluchans.
Esta es una novela escrita por Florencia Eluchans, que fue publicada en noviembre del 2017. La novela aborda el tema sin fin que es la maternidad desde la voz de una mujer joven y enamorada de su marido quien no quiere hijos. Elisa nunca los ha querido y Diego supuestamente tampoco. Pero un día cualquiera él cambia de opinión. Y es ahí cuando nace el conflicto, el problema medular en que se va a ver enfrentada la pareja radicada en Nueva York. Paralelamente Elisa, la joven periodista, recibe en la editorial en donde trabaja, la historia de una mujer inglesa, Beth Campbell, quien aún vive y cuya historia la llevará a repasar su vida y la ayudará a descubrir quién realmente es.
Esta novela es la ópera prima de la escritora, quien tardó cuatro años en escribirla y ya lleva cuatro ediciones publicadas. Todo un éxito que vale la pena leer.
4) María Paz Rodríguez
¿Qué entrelaza los cinco relatos de este libro? Sin duda sus mujeres, protagonistas de distintas edades que se atreven, cruzan límites, rompen esquemas y también hieren.
Dos amigas atravesadas por un tabú que las alejará irremediablemente; una mujer enamorada de otra que revisa, a través del abuelo moribundo, su historia juntas; una mujer recién divorciada que termina
enredándose en una fiesta de adolescentes; una hija que no consigue hacerse tratar como una adulta por su madre; una familia y un barrio confrontado por dos niñas gitanas. En todos estos cuentos parecieran
ser accidentes lo que gatilla la crisis, en todos ellos hay decisiones que se arrastran en la vida de los otros.
María Paz Rodríguez aborda la complejidad de los vínculos familiares, también del amor y de las relaciones femeninas, pero sobre todo cuestiona las influencias de ciertos vínculos: sus personajes pasean por un mismo espacio e indagan con dolor en las huellas de las decisiones ajenas sobre sus propias vidas.
“Las niñas vivimos la adolescencia y juventud intentando ser como nuestras madres. O como las otras niñas (…) Siempre, o casi siempre, estamos mirando a otras mujeres para sobrevivir. Y cuando por fin somos grandes, queremos retroceder el tiempo perdido”.