El siguiente post fue escrito por la psicóloga Teresita Jiménez, quien actualmente se desempeña como Senior Research Analyst de Walmart Chile.
¿Sientes que tu jornada laboral no termina nunca? ¿A veces no sabes si es lunes o jueves? ¿Sientes que tu agenda va a explotar en cualquier minuto? Si esto te suena familiar, probablemente estás algo sobre pasada y necesitas poner algunos límites.
Si para algunas desde antes era difícil establecerlos en el trabajo, en modo home office se ha vuelto más complejo aún, ya que se han ido borrando los horarios de entrada y salida.
Crear límites es fundamental y urgente en estos momentos, especialmente pensando en tu autocuidado y salud mental. Y no se trata solo del horario, sino también aprender a decir que no, priorizar de acuerdo al nivel de importancia, delegar e incluso pedir ayuda si la necesitas.
A continuación, te dejo algunas ideas para establecer límites sanos que te permitirán trabajar de una manera más inteligente e incluso mejorar tu productividad.
Establece un horario (sano) de entrada y salida
¡Esto es demasiado importante! Define cuál será el horario para ti, para tu familia y para tu trabajo, y cuéntales a todos cuál es para que puedan saber cuándo estarás disponible y cuándo en modo “no molestar”.
Si trabajas en equipo, trata de motivar a otros a que hagan lo mismo, si todos están comprometidos, será más fácil cumplir con estos acuerdos.
Haz tu propia rutina de cierre
Dentro de los límites que más se han difuminado es cuándo entro y cuándo salgo del trabajo. Yendo físicamente a una oficina tenemos un espacio de traslado que en home office perdemos. Está claro que nadie echa de menos el metro en hora punta o el taco, pero sí extrañamos ir escuchando nuestro podcast favorito o la música a todo volumen. Esto nos permitía hacer un cierre de la jornada y cambiar de aire.
Te invito a buscar un nuevo hábito que te permita apagar el switch. Tal vez pon ese podcast o tus canciones a todo volumen, mientras te preparas un rico tecito.
Parte tu día priorizando
Es muy útil dedicar los primeros minutos del día a identificar cuáles serán tus metas a lograr, esto te permitirá poner el foco en lo que realmente es importante y podrás ser más efectiva.
Si te cuesta priorizar, como a mí, este cuadro te puede servir:
Practica decir que no a aquello que no agrega valor
No creo que sea la única a la que le cuesta decir que no ¿o sí? Lo que me ha ayudado es ser consciente de lo valioso que es el tiempo y que no podemos perderlo en reuniones o tareas que se alejan del foco de trabajo, o a veces no tienes demasiadas tareas, sino que estás aceptando muchos compromisos.
Te invito a empoderarte con tu agenda y no dejar entrar lo que no te sirve.
Agrega a tu horario espacios para ti
Sabemos que nuestra concentración tiene un tiempo limitado, y para organizarnos, una excelente receta es la Técnica Pomodoro. Tranquila, no es que tengas que ir a cocinar la salsa para tus tallarines, sino que se trata de una técnica que permite enfocarnos 100% por 25 minutos y luego regalarnos 5 minutos de break para nosotras.
Bloquea tu agenda para almorzar (lejos del compu)
Después de esa intensa mañana, mereces al menos media hora lejos de las pantallas, incluso, un pro tip es dejar lejos el teléfono. Comer de manera consciente te hará realmente hacer un quiebre en el día y tener más espacio para ti.
Para todas ha sido difícil poner límites en momentos como este, pero estoy 100% segura que establecerlos te permitirá enfocarte mejor en tu trabajo, para luego descansar y disfrutar de los tuyo en tus momentos de relajo. ¡Sí, se puede!