Sandra Guazzotti es una de esas mujeres power que nos encanta entrevistar.
Con estudios de Derecho en la Universidad de Buenos Aires y Licenciada en Relaciones Internacionales de la Universidad de Tsukuba en Japón, desde el año 1999 trabaja en Oracle, multinacional de tecnología que desarrolla soluciones de almacenamiento en la nube, donde comenzó como gerente regional de Financiamiento desde Argentina.
El camino no ha sido fácil, pero gracias a su esfuerzo, capacidad y perseverancia, actualmente se desempeña como vicepresidenta de Oracle para América Latina.
¡Sigue leyendo para conocer más de este Genia!
Nombre: Sandra Guazzotti
Profesión: Licenciada en Relaciones Internacionales
Cargo: Vicepresidenta de Oracle para Multi Country Region Oracle Latam
Primero, si nos pudieras contar un poco más de tu historia, qué estudiaste y cómo llegaste a Oracle
Me licencié en Relaciones Internacionales en la Universidad de Tsukuba, en Japón, luego de haber estudiado Derecho en la Universidad de Buenos Aires, Argentina. Posteriormente, obtuve el diplomado en Alta Dirección del ESE en la Universidad de Los Andes, aquí en Chile, y también la certificación en Dirección de Compañías otorgada por el Instituto de Directores del Reino Unido.
Fue en 1999 cuando Oracle me ofreció la oportunidad de trabajar en la empresa, donde partí como gerente regional de Financiamiento desde Argentina. Tras unos años, en 2001 me trasladaron a Oracle Chile como directora regional de Financiamiento para Latinoamérica. En 2010, me nombraron directora regional del área de Financiamiento para Latinoamérica, Medio Oriente y África, y entre 2011 y 2014 asumí la vicepresidencia y gerencia general de Oracle Chile. Entre 2014 y 2018, me desempeñé como directora regional de Financiamiento para Japón y Asia Pacífico, con base en Singapur, y posteriormente como vicepresidenta de cuentas estratégicas para Japón, con base en Tokio. Actualmente, ocupo la posición de vicepresidenta de MultiCountry Región de Latinoamérica a excepción de México y Brasil.
¿Cómo ha sido para ti, como mujer (y todos los roles que eso conlleva), trabajar en una empresa tan importante?
Una de las principales características de Oracle y de la industria tecnológica en general es que es muy dinámica. La velocidad con la que se generan los cambios, el conocimiento y la innovación en esta industria, es lo que me ha mantenido por más de 20 años ligada a la tecnología, porque como mencioné antes, una de mis pasiones es estar aprendiendo y estudiando constantemente.
Trabajando en Oracle ningún día es igual al otro, y debo reinventarme permanentemente. Además, comparto profundamente los valores y el propósito de la compañía.
En Oracle tenemos un gran propósito que queremos cumplir: contribuir a transformar el mundo, empoderando a las personas. Para mí, esto significa poder ayudar a humanizar la tecnología, habilitando a las personas para que sean los agentes de cambio.
Justamente en esta era, en la que la velocidad del cambio es tan abrumadora, considero esencial que las personas estemos más empoderadas y conectadas que nunca.
Por otro lado, Oracle ha adoptado la inclusión y la diversidad como uno de sus pilares estratégicos a nivel de toda la organización. Una empresa realmente inclusiva genera un ambiente en el cual las diferentes voces, habilidades y contextos son valorados y promovidos, y donde todos son respetados. Esto me hace sentir muy cómoda y orgullosa de trabajar acá. En Oracle, se impulsa el respeto a las diferencias, brindando un justo desarrollo profesional para todos, asegurando que nadie pierda la oportunidad de ser parte de la organización por barreras físicas, económicas o sociales; o por realidades diversas.
¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
Soy una persona apasionada, con una constante curiosidad que me ha llevado siempre a querer aprender. Desde muy chica tuve que enfrentar muchos desafíos, y la energía y la determinación me permitieron cumplir mis objetivos y levantarme cuando tuve que superar obstáculos.
Creo que es por eso, por haber estado siempre en un constante aprender y en busca de nuevos desafíos, que he desarrollado una capacidad especial para liderar transformaciones. Me fascina trabajar con equipos multidisciplinarios y multiculturales, contribuir a movilizarlos para llegar juntos a nuevos horizontes y poder cumplir con los sueños que nos trazamos en el camino. Son procesos complejos, pero me emociona ayudar a hacer surgir el talento, potenciando a otros en su camino profesional y personal.
¿Cuáles han sido tus mayores obstáculos a la hora de trabajar en una empresa? ¿Te costó abrirte paso siendo mujer?
Ha sido como le pasa a muchas mujeres en el mundo, todavía existen obstáculos que pueden hacer complejo el trabajo dentro de una empresa. En ocasiones, también tuve que enfrentarme a estos aspectos, ser migrante, ser mujer en tecnología de la información, ser mujer en directorios, etc.
Si bien como sociedad hemos avanzado en materia de equidad de género, aún persisten brechas muy grandes de oportunidades y creo que la única forma de revertir esta situación, sobre todo en las organizaciones, es con un compromiso ejecutivo claro.
Todavía hay una falta de consecuencia entre lo que se declara y lo que se ejecuta. Según un estudio reciente de Accenture, llamado “Getting to Equal”, cuando se trata de la cultura del lugar de trabajo, existe una gran brecha entre lo que los líderes piensan que está sucediendo y lo que los empleados dicen que está sucediendo. De hecho, dos tercios de los líderes (68%) sienten que crean entornos inclusivos, en los que los empleados pueden ser ellos mismos, plantear inquietudes e innovar sin temor al fracaso, pero solo un tercio (36%) de los empleados está de acuerdo.
¿Cómo ha sido liderar equipos durante este tiempo de pandemia? ¿Qué ha sido lo más desafiante y lo más enriquecedor?
Ha habido muchos desafíos. No poder estar en contacto presencial, físico, con las personas es el principal; no solo por el desafío de hacer funcionar la máquina a pesar de estar trabajando de manera remota, sino por el valor que se genera en el contacto diario y que es complejo replicar a la distancia. Ver a las personas, saludarlas, poder tener conversaciones más distendidas, ayuda a afianzar las relaciones.
Lo enriquecedor está en que como equipo, nos hemos sabido adaptar a estas nuevas condiciones y hemos podido beneficiarnos de los aspectos positivos del teletrabajo, como compartir más con la familia, viajar menos y tener una comunicación mucho más horizontal con los colaboradores.
¿Cómo ves el futuro del trabajo en empresa ante estas nuevas condiciones? ¿Crees que el teletrabajo llegó para quedarse?
Lo veo desde un punto de vista positivo, en el sentido de que ha quedado demostrado que muchas empresas efectivamente pueden funcionar a través del teletrabajo, y debido a esto, también, muchas han optado por modernizarse durante este complejo período.
El teletrabajo llegó para quedarse y probablemente todas las empresas lo tendrán como una alternativa viable para aprovecharlo tanto en situaciones extremas, como esta, como en instancias comunes, donde se pueda prescindir de la opción presencial en beneficio del tiempo y la calidad de vida.
¿Cómo ves el rol de las mujeres en el mundo digital y de la innovación? Pensando en que -históricamente- ha sido un área dominada por hombres.
En mis más de 20 años de experiencia, he visto cómo, de a poco, las mujeres han ido ganando espacios en este sector que, efectivamente, tiende a estar dominado por hombres. Hoy es más común ver mujeres en cargos directivos o gerenciales en las compañías de tecnología, pero aún hay una mayor presencia masculina.
Lamentablemente, todavía hay un déficit de participación femenina en tecnología y la ciencia, y esto es consecuencia de un problema cultural mucho más profundo, porque en general las mujeres no son incentivadas a estudiar carreras STEM (Science, Technology, Engineer), por el contrario son desmotivadas por el entorno.
Sin duda, esto es un desafío para todos como sociedad. Desde la empresa, nuestro deber es asegurar e incentivar iguales oportunidades laborales; el sector público debe promover la incorporación de las mujeres a la industria a través de la capacitación; y la sociedad en general, tiene que dejar de perpetuar ese mito de que estas carreras son solamente para hombres.
Nuevamente, la inclusión es fundamental para ello. Por eso, hay que darle la importancia que corresponde, valorarla; hay que vivirla, culturalizarla, entrenarla y provocarla. En definitiva, tratarla como una prioridad de negocios. Mientras eso no pase, no vamos a pasar del discurso a la acción y, por ende, los cambios no se van a dar con la velocidad que necesitamos.
¿Qué consejo le darías a las mujeres que tienen el interés de integrarse a puestos gerenciales en empresas?
Que trabajen con un convencimiento absoluto de sus capacidades, ya que no son menos que ninguno de sus pares dentro de una empresa. El buen trabajo no sabe de género.
Tenemos que atrevernos a levantar la voz y hacernos visibles. Tenemos que buscar los espacios para manifestar nuestra opinión con seguridad. Además, debemos trabajar la autoconfianza y creer firmemente que tenemos las mismas capacidades que los hombres para enfrentar los desafíos y desarrollarnos profesionalmente.
A la vez, hay que ser muy organizada para lograr un buen balance de vida, para darle suficiente tiempo a la vida familiar y al trabajo sin sentirse culpable, que es algo que las mujeres tendemos a hacer.
Por último, creo que hay que ser apasionado por lo que uno hace. Para mí, esa es la clave. Si uno está realmente apasionado y comprometido con lo que elige ser y hacer en la vida, los resultados se dan como consecuencia.
