Cada granito de arena es indispensable para formar una playa. Cada cambio en nuestro día a día -por pequeño que sea-, puede significar un gran cambio en nuestra vida. El sueño, la alimentación, mantener una actitud positiva, tener energía, hacer deporte, poner límites y tantas otras cosas nos pueden ser de mucha ayuda a la hora de vivir bien y felices. Hoy les queremos hablar sobre 5 cosas que puedes controlar para tener un cambio positivo día a día, y que esperamos puedan aplicar en sus vidas para que logremos ser dueñas de nuestras vidas, mujeres empoderadas y genias. Pongan atención;
1) Respetar las rutinas de sueño:
Todas sabemos que dormir bien es CLAVE. Destinar entre 7 a 8 horas en las redes de Morfeo es lo ideal para un buen funcionamiento del organismo, liberar el estrés, tener un correcto funcionamiento cardiovascular y así la lista de beneficios es enorme. Pero también sabemos que entre el trabajo, los hijos, las series de Netflix y los panoramas nocturnos es muy difícil respetar estos horarios.
Es por eso que debemos fijar una rutina que debemos tratar de seguir lo más conscientemente. Acostarse todos los días a una cierta hora, apagar las pantallas al menos una hora antes de dormir y acostumbrar el cuerpo a esta rutina. Estudios recientes demuestran que el 75% de la población padece algún trastorno de sueño… Así que preocúpate de este ítem porque mientras duermes, tu cerebro almacena datos aprendidos durante el día (lo que se llama la consolidación de la memoria), nivela las hormonas que afectan nuestro apetito, te ayuda con el ánimo (dormir poco nos provoca irritabilidad, impaciencia, perdida de concentración) y estaremos más sanas!! Así que a dormir!!
2) Pedir ayuda cuando necesites:
Se dice que pedir ayuda es casi un acto de valentía. Es que pucha que nos cuesta a veces aceptar que nos equivocamos, que no podemos con tantas responsabilidades, que estamos agotadas y que realmente necesitamos un apoyo. O aún peor; nos han hecho creer que pedir ayuda es un signo de debilidad y hasta podemos llegar a negar un error evidente por miedo a demostrar ignorancia.
Pero dejemos ese ego y orgullo de lado, para reconocer y admitir que es mejor pedir ayuda cuando es necesario. Apóyate en tu equipo, en tu amiga, en tu pareja. Y démonos cuenta de las cosas buenas que trae pedir ayuda; se encuentran múltiples soluciones (porque tenemos nuevas perspectivas), se puede aprender de una persona mucho más experimentada que nosotras y nos podemos dar cuenta de que algunos cuentan con recursos de los que nosotras no disponemos.
Permitir que otro te ayude, puede ser un win-win para ambos. No te digo que salgas corriendo a pedir ayuda para no enfrentar tus problemas o cada vez que no sepas qué hacer, pero sí que aprendamos a reconocer cuando lo necesitamos.
3) Ser consciente de tu alimentación:
Que la dieta mediterránea nos hará vivir más y mejor, que la dieta cetogénica nos cambiará la vida, que no comas frutas después de las seis de la tarde…. Bla, bla, bla. En el fondo, todas sabemos cómo comer bien; comiendo de todo y de una manera equilibrada, sin culpas, con más alimentos naturales y menos procesados. Pero al fin y al cabo, más que por el físico o el cuerpo de verano, la alimentación está ligada a nuestro bienestar interno. Porque alimentarse bien ayuda a proteger la salud, a prevenir enfermedades y a sentirnos mejor con nosotras mismas.
Es por eso que lo que comemos está estrechamente ligado a nuestra vida personal y profesional, porque en la medida que nos sintamos bien por dentro, esto se reflejará por fuera y estaremos con mejor ánimo, con más energía y más felices. Así de simple, que no nos llenen la cabeza de reglas, restricciones y prohibiciones, porque la vida es una y vinimos a disfrutarla.
4) Saber poner límites:
Una vez leí en alguna página de psicología, que los límites con los demás nos estructuran como personas, conforman nuestra identidad, definen nuestra forma de ser ante el otro… En consecuencia; a mi YO se le da forma con los límites. Estos límites se aplican en todo sentido; en lo físico (hasta cuándo comer, a qué hora cerrar el computador, hasta dónde gastar mi dinero…) y en lo emocional, con nuestras parejas, amigas, compañeros de trabajo, hijos, etc. Pero tienen en común que ambos nos generan autonomía y por eso son tan importantes en nuestra vida.
Saber poner límites es tomar las riendas de tu vida, es decir no cuando no quiero algo y sí cuando lo deseo o necesito. Es decir hasta aquí, es no dejarme llevar haciendo lo que los demás quieren por no crear conflicto o terminar haciendo las sugerencias de los demás. Es no dejar que invadan mi intimidad, no dar por hecho que cualquiera puede opinar y exigir sobre mi espacio personal. Es distinguir lo que quiero hacer y lo que no quiero hacer.
5) Quererte y cuidarte:
Por último pero no por eso menos importante, es aprender que no somos copias ni repeticiones, sino diseños únicos y exclusivos, y por eso tenemos que aprender a cuidarnos y querernos. Nos ha costado mucho romper los moldes de “hacer las cosas para otros”, “dejarnos en tercera y hasta cuarta prioridad”… No más!!
Si te quieres a ti misma, aprendes a ser compasiva contigo misma y aprendes que las únicas expectativas que tienes que alcanzar son las propias. De lo único que somos dueñas es de nosotras mismas, así que cuando aprendes a quererte a ti, tu vida se vuelve más amigable y saludable; así aumentan las posibilidades de establecer relaciones de confianza y perdurables, al igual que la capacidad de rechazar gente y relaciones tóxicas.
Además de pequeños cariñitos que nos podemos hacer de vez en cuando (nos encanta repetir esto), te dejamos algunas recomendaciones; sé una mujer, no una súper-mujer, ten una mentalidad de satisfacción y no de supervivencia, levántate del fracaso. “El amor a uno mismo es el comienzo de un romance que dura toda la vida” dijo alguna vez un sabio Óscar Wilde.
