Hace un par de días tuvimos un nuevo capítulo de “30 minutos con”, a través de nuestro Instagram Live, en el que conversamos con la artista visual e ilustradora, Jo Jiménez. ¿El tema? La autogestión de proyectos creativos.
El año 2018, Jo decidió embarcarse en su primer proyecto de papelería, con el diseño e impresión de una colección de 4 libretas, trabajo que tuvo muchas etapas, algunas positivas, otras no tanto. Este 2020, motivada por la situación actual y la obligación de estar en casa, creó en sólo 4 días, su libro Flora, que incluye 24 ilustraciones florales para colorear.
Ambos proyectos tienen como denominador común la autogestión. Por eso, quisimos saber un poco más de este proceso, cómo lo llevó a cabo, sus motivaciones, dificultades y conclusiones.
¿Estás pensando en gestionar tu propio proyecto? ¡Aquí te dejamos la entrevista!
¿Cómo y cuándo nace la idea de crear tu propia línea de productos?
Me picó el bichito de hacer mis propios patterns para libretas, a raíz de un sketchbook que tenía lleno de ejercicios de flores, patrones y color que partí sin saber en qué se convertiría.
Llevo años admirando el trabajo y recorrido de Anna Bond con Rifle Papper Co., entonces pensé: “Si ella pudo, ¡yo también!”.
Me gustaba la idea de crear un producto lindo y de buena calidad que fuera 100% hecho en Chile (crear ese cuaderno que sacabas con orgullo en una reunión), con el objetivo de posicionar a los creativos nacionales (porque en Chile se están haciendo cosas bacanes hace hartos años) y también demostrar a la gente que cuando se tienen sueños es importante tratar de hacerlos realidad, que podemos, lo principal son las ganas.
El 2018 tomé una asesoría en Genias que me ayudó a identificar los cimientos de mi proyecto, armé mi empresa con la contadora Aurora Sepúlveda, y en diseño tenía a Sofía Irarrázaval, mi mano derecha para darle esa identidad que tanto buscaba a mis productos.
¿Por qué te decidiste por la auto gestión?
Desde que salí de la universidad trabajé como independiente en encargos y mi propia obra. Entonces cada entrada que llegaba, la iba ahorrando para futuros proyectos, con el objetivo de contar con fondos propios el día que se me ocurriera “qué” específicamente, y no tener que depender de nadie para lograrlo.
Siempre fui muy movida, de tocar puertas y conseguir mis objetivos por mis propios medios, la verdad es que nunca me lo plantié de otra forma.
Es importante ser hormiga y ahorrar en lo posible, aunque sea $1.000 mensual siempre. Eso te da la libertad de poder hacer las cosas cuando llegue el momento indicado.
¿Por dónde se parte cuando uno quiere autogestionar un proyecto creativo?
Es importante tener clara la identidad de tu marca: qué es y qué no, cuáles son sus valores, cómo se ve y todas esas respuestas que muchas veces los emprendedores hacemos intuitivamente, hacerlas conscientes para identificar las directrices del proyecto (en este sentido, el Kit de Herramientas de Genias, Construye tu Marca, es súper útil).
Por otro lado, creo que también es importante confiar en la intuición y en las ganas, validar esas emociones y saber identificar el ritmo, como también ponerse metas que sean realizables.
¿Qué es lo más difícil y lo mejor de autogestionar tu proyecto?
Lo mejor es ver las ideas materializadas. El sólo hecho de ver mis cuadernos o el libro en mis manos ya es un triunfo.
Luego, el recibimiento que tiene el proyecto en tu comunidad, el feedback de cada comentario y, en el caso Flora, cómo ha acompañado creativamente a cada persona en este raro 2020. Me encanta porque siento que la gente logra identificar mis valores en los productos, reflejo de que entonces las cosas se han hecho bien.
Lo más difícil es entender que no todo está bajo tu control y que esto muchas veces no depende de ti. Como contaba en el live, quise sacar mi planner al mes de tener los cuadernos, pero me di cuenta que la idea era descabellada, considerando que estaba aprendiendo a gestionar logísticas de despacho, entregas, rellenar planillas y coordinar muchas otras cosas que no había considerado del proceso de postproducción. No daba abasto para ver un producto más y finalmente “perdí” lo que invertí en diseño.
Hoy miro hacia atrás y entiendo que todas esas experiencias son parte del mismo proceso y las veo como enseñanzas de vida.
¿Qué cosas crees que se necesitan sí o sí para autogestionar proyectos creativos? En términos prácticos y personales.
En lo personal, lo primero es sacarse el troll como diría mi amiga Trini Guzmán. Desprenderse de las ideas preconcebidas que muchas veces acechan a los emprendedores/creativos de no querer mostrar su trabajo, de que no son realmente buenos, o pensar que no va a funcionar.
Hay que ser movido y extrovertido en la vida, sobre todo cuando se es independiente, tocar puertas, no esperar a ser “descubierto”, dejarse conocer, porque nadie lo va a hacer por ti y el “no” ya lo tienes, es donde estás ahora sin haberlo intentado siquiera.
Luego es importante armar buenos equipos de trabajo. Hay veces en que hacemos todo solas porque pensamos que es más barato, pero el tiempo es un recurso escaso, tan importante como el dinero. Finalmente estás ahorrando al invertir en una buena diseñadora, una contadora, alguien que arme el modelo de negocio, porque no somos sabelotodos, y en errores básicos podemos atrasar nuestro proyecto.
Aprender un poco de marketing, tener nociones básicas de las distintas aristas o áreas del proyecto también es fundamental. Por ejemplo, yo estoy haciendo ahora un curso en derechos de autor, marca y propiedad intelectual, porque son temas que también rozan mi trabajo y debo tenerlo claro, independiente que en lo concreto vayan a ser cosas que haga un abogado.
¿Podrías contarnos cómo es el paso a paso de este proceso?
Siempre he pensado que el primer paso de un proyecto es soñarlo. Yo lo hago armando moodboards a través de Pinterest para inspirarme.
Segundo, confiar en la intuición de que es el momento indicado. Si decidiste hacerlo por algo, es.
Tercero, identificar cómo es la marca.
Cuarto, asesorarse y armar un buen equipo de trabajo.
Quinto, alinear las redes sociales, el sitio web y armar la empresa. Es muy importante mantener todo profesionalizado al máximo.
Sexto, ser comprensiva con el proceso y el tiempo, hay veces que puede demorar más de lo que pensamos (yo me demoré 9 meses con los cuadernos y 4 días con el libro a raíz de la pandemia, ¡es muy relativo!)
Séptimo, compartir el proceso. Es importante poder contagiar a otros y también mostrar que no se construye todo en un día (y el proceso es lo más entretenido siempre).
Octavo, compartirlo desde su esencia.
¿Cómo ha sido la experiencia post lanzamiento? ¿Qué rescatas de todo este proceso?
Es súper reconfortante ver el recibimiento de mis productos y ver lo que soy capaz de hacer, aunque implique mucha administración en la venta que es lo que menos acostumbro a hacer. Rescato totalmente el contacto con la comunidad, es lo más reconfortante.
El 2018 no tenía precedentes por lo que no sabía si efectivamente “se iban a vender” (aunque verlos hechos siempre iba a ser el mayor triunfo), pero lo mejor fue ver que mientras se vendían, a la gente le hacía sentido y el objetivo de hacerlos en parte, era para que más personas pudiesen estar en contacto con mi obra/arte a través de productos más accesibles. Gente que gustaba de mi trabajo podía tener un pedacito de él sin tener que invertir exageradamente.
Con mi libro “Flora” ha sido totalmente nuevo, porque nació como respuesta a la pandemia para llevar horas de creatividad a quienes ahora contaban con el tiempo (o necesitaban hacérselo), y querían aprender técnicas nuevas, pintar, bordar desde sus casas. Me gusta porque es un producto transversal y que también invita a ser compartido (cada diseño viene repetido y prepicado para compartirlo o enmarcar una vez que esté listo).
Me escribió una chica que lo compró, y me comentó que lo iba a compartir con su mamá que quería los diseños para bordar, también mujeres mayores que aprendieron a usar Instagram para ver mis videos y descubrir nuevas formas de hacer lo que ya sabían. ¿Cómo no me voy a sentir honrada con eso?
Nunca me voy a olvidar cuando participé en la exposición Art Stgo 2019 y llegó una abuelita a verme a mi stand. Me saludó como si nos conociéramos de siempre, me abrazó bien fuerte y me comentó que había ido exclusivamente para ver mis bordados de cerca porque le encantaban. Yo me emocioné tanto, le pedí que me mostrara los que hacía ella, porque seguramente tenía tanto más que aprender yo de su trabajo. Esa retroalimentación es única, ese contacto es impagable. Por lo mismo, me preocupo de responder cada mensaje que llega.
Después de toda tu experiencia, ¿crees que la autogestión de proyectos creativos en Chile es fácil de realizar? ¿Por qué?
No creo que en ninguna parte del mundo sea fácil, porque implica hacer una investigación completa desde cero. Encontrar un buen equipo de trabajo, proveedores y coordinar logísticas, todo es un proceso de búsqueda y aprendizaje de muchas cosas desconocidas.
Si quieres conocer más sobre el trabajo de Jo Jiménez, puedes visitar su web. Además, acá te dejamos la conversación que tuvimos a través de Instagram live.