Sus platos preferidos son el gazpacho, la ensalada mediterránea y el sancocho para los días más fríos. Cree que tomar bebidas azucaradas es el peor hábito de los chilenos que se debería erradicar. Detallista y sociable, Sol Fliman es una emprendedora gastronómica que hace seis años se arriesgó con el hoy exitoso restaurante Quínoa. Una mujer que no para en este local ubicado en Luis Pasteur y que además ha escrito dos libros de cocina.
Nombre: Sol Fliman
Estudios: Pedagogía básica y luego Cocina y Pastelería.
Trabajo Actual: Restaurante Quínoa
Página Web: quinoarestaurante.cl
Instagram: @solfliman y @quinoarest
1. Cuéntanos un poco de tu carrera profesional y cómo llegaste a tu actual trabajo.
Estudié pedagogía básica en la Universidad Católica, ejercí cuatro años como profesora en Santiago, Pucón y Villarrica. Finalmente, gracias al Programa Assistant de langue vivante, hice clases de español a niños franceses en Nantes, Francia, donde viví un año.
En mi etapa universitaria trabajé como garzona y después anfitriona en “El Huerto”, restaurante vegetariano de mi padre. Siempre me llamó la atención el mundo de la cocina y los restaurantes. Después de vivir en Francia, partí a Barcelona. Mi marido fue a hacer un máster en arquitectura y yo a estudiar cocina y pastelería en la Escuela de Hostelería Hofmann. Después de dos años en Barcelona, donde cree mi blog “Cocina de Mercado”, volvimos a Chile, directo a El Huerto.
2. ¿Cómo nació la idea de crear Quínoa?
En el año 2010, trabajando en El Huerto, me di cuenta de que este no era mi restaurante y que a pesar de estar llena de ideas, no podía concretar todo a mi manera. Así surgió la necesidad de crear mi propio proyecto. Me asocié con Diego, mi hermano, ingeniero comercial y nació Quínoa.
3. ¿Qué es lo que más te gusta de lo que haces?
¡Todo! Me encanta mi trabajo y mi lugar de trabajo. Probar cada preparación. Dar un buen servicio, el contacto con los clientes, preocuparme de cada detalle tanto en la cocina como en la sala. Es un trabajo entretenido, dinámico y creativo. Me permite sociabilizar y alimentarme bien.
Además, gracias a mi trabajo en Quínoa, pude desarrollar dos proyectos paralelos que son parte fundamental de mi carrera, mis libros “Cocina de Mercado: Sabores vegetarianos” (lanzado el 2012) y “Niños, a comer: el arte de alimentar y criar” (2016) que lo escribí junto a María José Buttazzoni.
4. ¿Cuáles han sido tus mayores obstáculos a la hora de trabajar como independiente? ¿Te costó abrirte paso siendo mujer?
Lo más difícil es la burocracia al momento de emprender. Realizar los trámites para obtener las patentes y resolución sanitaria es un proceso que debería ser agilizado. Los trámites municipales pueden hacer que cualquier proyecto de un nuevo emprendedor fracase.
En mi caso, por la actividad que desarrollo, el hecho de ser mujer no me ha jugado en contra.
5. ¿Cuál crees que es la razón del éxito de tu restaurante?
Creo que la clave del éxito de Quínoa es que la comida es muy rica y sana; tenemos una carta protagonizada por ingredientes frescos y de buena calidad. Nos preocupamos de dar un servicio cálido y acogedor. Además es un lujo trabajar en lo que me gusta, me permite hacer las cosas con dedicación y estar presente.
6. ¿Cómo es tu lugar de trabajo y qué es lo que más te gusta de él?
Mi lugar de trabajo es acogedor y luminoso. Por ahora no tengo oficina ni escritorio, mi vida laboral transcurre en los comedores de Quínoa. Me encanta porque además de siempre comer rico y estar bien atendida, estoy con un ojo en todo lo que ocurre a mi alrededor.
7. ¿Qué consejo le darías a alguien que quiere emprender?
Que trabaje duro y sea perseverante y sólo se embarque si está 100% convencida.