Todo partió cuando me armé un horario y un taller en mi pieza sin aún tener clientes. Me imaginé cómo podía ser trabajar en esto, y lo hice. Simplemente me puse a trabajar. 7 horas al día, con una de colación.
Pienso que si el emprendimiento fuera de un color sería rojo: activo, intenso, apasionado, dominante, ondulante.
Me acuerdo como si fuera ayer; martes am, día laboral, llorando desconsolada en un paradero de Independencia, sobrecargada con bolsas de telas e insumos, sintiéndome sola, cansada, sobrepasada. Mucha pega, muchos temas, no tengo vida, mis amigas ya no se acuerdan de mi cara.
Es tu emprendimiento, a nadie más le interesa tanto como a uno…
Temas contables; para mi los peores. Boleta, factura, IVA, mail de la Tesorería General de la República…terror! excel, chino mandarín.
Angustia…
Pasa…pido consejos, asesoría, otros puntos de vista; aprendo o delego (también aprendo a delegar). Todo se soluciona, siempre.
Sigo mi instinto y me arriesgo. Todo el tiempo; trabajo y confío / trabajo y me critico / trabajo y avanzo. No existe avance sin el “hacer”.
Hacer y perseverar, (ese iba a ser el título de esta columna) es la clave maestra. Estar enamorada de lo que haces y perseverar, aún en los momentos en que todo se ve negro y sin salida. Perseverar. Todo se soluciona, siempre.
Pienso que si el emprendimiento fuera de un color sería rojo; activo, intenso, apasionado, dominante, ondulante.
Hago colecciones inspirada en la iconografía mapuche para llevar a Berlin el 2012, otra que se llama Verde Paco el 2013 y otra inspirada en los “pájaros y mendigos” que presento en la New York Fashion Week el 2015, a 6 años de haber iniciado actividades.
Hablo de la libertad y de la pobreza de materiales e insumos locales a través de prendas high end hechas con jeans reciclados, sacos de café brasileros, tejidos artesanales y plumas… Éxito; “auténtico” “refreshing” “edgy”, opina la prensa.
La soledad laboral terminó a los 3 años y medio de partir, cuando llega la Pauli para quedarse como Jefa de Taller, luego la Sofi por varios años más, y un sinfín de estudiantes en rotación. En estos diez años van 13 colecciones de temporada y 13 cápsulas.
Cuando la técnica está dominada, aprendo a observar, luego de años de trabajo aprendo a observar.
Camino obsesivamente. Siento que algo bueno va a llegar.
Mi imaginación trabaja mejor así, con el cuerpo en movimiento. Caminar por lugares que no conozco, detenerme en los gestos de los transeúntes. Fantasear.
Acepto mi dispersión, soy trabajólica e impaciente y necesito ver resultados para sentirme satisfecha, aceptando esa satisfacción como motor para seguir, no como estado en el cual quedarme, la creatividad siempre puede más.
Tener un mundo propio, intereses personales, reflexión; claves para fortalecer e invitar a ejercitar la creatividad, para innovar. He aprendido a caminar dentro de mis pensamientos.
La creatividad se ejercita como un músculo. Permitirse divagar de manera consciente, permitirse pensar más allá de la lógica y la razón, inventar e imaginar, hacer conexiones irreverentes, seguir el juego de la mente sin intervenir, observar desde fuera como un invitado al show de tu cerebro.
Ejercicios creativos.
…No todo es cabeza. Las últimas tres colecciones han sido de puro sentimiento, lo he utilizado también como técnica.
Solo termino una pieza cuando siento que está terminada, no tiene boceto en papel.
Tiene de boceto un sentimiento al cual debo llegar a través de colores, siluetas y del “espíritu” de la prenda.
Tiene que ver con las emociones, la historia, los recuerdos y conexiones, con lo que quiero hacer sentir y decir a un otro a través del vestuario.
El vestuario como vocabulario.
Tener un mundo propio, intereses personales, reflexión; claves para fortalecer e invitar a ejercitar la creatividad, para innovar
*Lupe Gajardo es Diseñadora de Vestuario y es la primera chilena en exponer en el New York Fashion Week. Desde que lanzó su marca, ha participado en 11 pasarelas y su trabajo ha sido reconocido en medios nacionales e internacionales.