Foto: Nay Jimenez
Con agregar ciertas palabras a nuestro vocabulario, puede cambiar absolutamente el sentido de lo que decimos. Pasa con las comas, como cuando decimos “no quiero” o “no, ¡quiero!”. ¿Ven la diferencia? Y claramente nuestros pensamientos y actitudes nos influyen en nuestro actuar y disposición tanto en el ámbito personal como laboral. En el post de hoy, la psicóloga de nuestra Guía de Profesionales, Sofía Alliende, nos demuestra el poder de la palabra “todavía”…. lean y entiendan por qué!!!
Nombre: Sofía Alliende
Especialista en: Psicología Educacional.
Instagram: @sofialliende
¿Cuántas veces luego de un intento fallido, de una mala evaluación o ante un gran desafío, nos hemos dicho a nosotras mismas – o abiertamente hemos dicho al mundo – “no puedo”? Estoy segura de que no hablo solo por mí cuando digo, al menos unas miles. Lo interesante de esta pequeña frase, es que no solo nos limita y aumenta nuestra frustración, sino que de a poco va moldeando nuestra realidad hasta creer que efectivamente “no podemos” hacer lo que sea que fuera. Así, cada vez que nos encontramos ante algo desafiante o intentamos algo nuevo sin los resultados esperados, nos decimos a nosotras mismas “no puedo”, “no tengo las capacidades” o “no soy buena en esto” y se acaba el tema. Lo dejo ir.
Pero, ¿qué pasa si a estas pequeñas frases le agrego la palabra “todavía”? Quedaría algo como “no puedo todavía”, “no tengo las capacidades todavía” y “todavía no soy buena en esto” o mejor aún “todavía no logro los resultados que quiero”. Y así de fácil, paso de negar absolutamente la posibilidad de lograr mi objetivo a abrir la puerta al desarrollo de mis habilidades para lograrlo. Este cambio es lo que en el ámbito de la educación y de la psicología educacional ha sido ampliamente desarrollado por autores como Carol Dweck (¡Dejo el dato para las interesadas!).
La magia de la palabra “todavía”, no solo aplica para el ámbito educativo, sino para todos los aspectos de nuestra vida, el trabajo, el deporte, las relaciones con uno mismo y con otros. ¿Qué esperas para integrarla a tu vocabulario?
Si estás en el trabajo, frente a un nuevo desafío, o partiendo tu negocio y te sientes tentada a decir “no puedo” o “soy pésima para esto”, te invito a hacerte las siguientes preguntas: ¿Por qué creo que no puedo? ¿Qué tendría que hacer para lograrlo? ¡Haz una lista de pasos para lograr tus objetivos y verás cómo podrás mejorar paso a paso! Por ejemplo, tal vez sea buena idea buscar clases o talleres de eso que te encanta y que te gustaría ligar a tu emprendimiento, o formar un grupo de estudio sobre ese aspecto de tu trabajo que te cuesta más y que te obstaculiza en tus objetivos. Incluso observa qué ámbitos de tu trabajo o de tu día a día son los que menos te gustan y que hacen que te vayas quedando atrás en tu desempeño.
Nadie nació experto en una disciplina o un arte, el secreto está en agregar la palabra mágica “todavía” y verás que simplemente hay un proceso de por medio, que claro que puedes lograr.
