Este último tiempo no nos ha tocado fácil. Como país nos hemos enfrentado no sólo a una pandemia mundial, sino también al estallido social del 18 de Octubre del año pasado. Situaciones que -sin duda- son muy complejas y para las cuales no estábamos preparadas. Como individuos, también ha sido tiempo de miedos e incertidumbres, y como grupo de trabajo hemos tenido que sortear una ola de cambios y ajustes bastante importantes.
Por eso, en este post, todo el equipo Genias les queremos dejar nuestras lecciones y aprendizajes tras estas dos inesperadas crisis, esperando que les puedan servir de guía o mensaje de ánimo.
Jimena Zapata, fundadora de Genias
Adaptación: Normalmente me gusta más la planificación que la improvisación, y en estos tiempos he aprendido que no siempre se sabe lo que va a pasar y que el gran valor no está en planificar tanto lo que viene, sino que adaptarse a los cambios repentinos.
Ser capaz de adaptarse y seguir avanzando es una gran ventaja y un gran aprendizaje que me deja esto que estamos viviendo.
Contacto con las personas: Lo mucho que disfruto el estar, compartir y conectar con personas. Ahora último es lo que más extraño. El día a día en la oficina, el estar conversando con mi mamá en su casa en Viña, o incluso irme a un café a trabajar. Las personas me inspiran, me mueven y me dan una satisfacción de la que antes no era tan consciente. El otro día vi un comercial de un banco y terminé con ojos vidriosos, porque hacía referencia a esto mismo y a todo lo que vamos a valorar cuando nos volvamos a encontrar.
Valentina Fleischmann, encargada del área de desarrollo de nuevos negocios
Buscar tiempo para una misma: Ya no están los viajes al trabajo, a comprar, a dejar y a buscar niños, entonces hay que buscarlos: en la ducha, caminando por la pieza, encerrándose en el closet, ¡lo que sea!
Volver a conectarse con las cosas que una disfruta: cocinar, arreglar cosas, repensar los espacios, ordenar, etc. ¡Cualquier cosa que te haga feliz!
Ser realistas: Leí por ahí que el perfeccionismo y el coronavirus no se avienen. Y esto para todo ámbito de cosas: trabajo, casa, crianza, familia.
No hay recetas para esta situación. Cada una lo está haciendo lo mejor que puede en este momento difícil, entonces aprendamos a soltar y entender que no vamos a poder hacer nada perfecto, ni cercano a ello.
Paola Costa, diseñadora
Aprender a soltar: Creo que lo que más he aprendido este ultimo tiempo es a aprender a soltar. A diferencia de otras personas, yo no he podido “reinventarme” por una cosa de tiempo (porque mi hijo Santi me demanda mucha atención).
Siempre he sido muy inquieta y me gusta sentir que estoy haciendo algo productivo, pero al final me doy cuenta de que hay cosas que no puedo controlar y lo mejor es entregarse, tener paciencia, esperar, verle el lado positivo a las cosas y disfrutar el momento, que por muy malo que sea, ¡también tiene sus cosas buenas!
Constanza Eyzaguirre, encargada del área de contenido creativo
Ser flexibles: Ya vimos que las cosas pueden cambiar de un día para otro. Por lo mismo debemos ser flexibles con nuestros planes y metas. Está bien proponerse objetivos y tratar de alcanzarlos, pero también es importante entender que no todo está en nuestras manos y que a veces son necesarias otras cosas primero.
En lo personal, soy bastante rígida y me gusta que las cosas funcionen a mi manera, así que esta ha sido una gran prueba a mi paciencia.
Ver oportunidades donde parecen no existir: Las crisis nos han golpeado fuerte, y si bien al comienzo me movieron mucho el piso y me llenaron de ansiedad, con el tiempo he comprendido que son tiempos de acomodo y adaptación.
Bajo esta mirada, también representan nuevas oportunidades. El mundo cambia y nosotras también estamos invitadas a hacerlo. El desafío es a mirar por sobre las dificultades y entender qué cosas buenas pueden salir de ello.
La “nueva” comunicación: Sin duda hemos tenido que adaptar nuestra forma de comunicarnos, y la tecnología se ha presentado como un gran aliado para esto. Sin embargo, y dejando de lado la “practicidad” del asunto, estas crisis me han abierto los ojos sobre cómo nos comunicamos, el valor de los gestos, de nuestras palabras y del mensaje.
En mi caso, si bien estoy lejos de mi familia, el lazo que nos une se ha vuelto más profundo y más necesario que nunca. Es, de alguna forma, volver al origen de las relaciones, darle el valor que se merecen y que muchas veces -como consecuencia del día a día- lo olvidamos y dejamos pasar.
Maria Ignacia Cominetti, asistente de contenidos y marketing digital
Aprovechar las nuevas tecnologías: Creo que este último tiempo ha dejado claro que el futuro es digital, y más que pelear contra eso, tenemos que sacarle el máximo partido.
Como ejemplo para las emprendedoras pongo a mi mamá, quien tiene hace años una tienda de accesorios y que por el tema de la cuarentena no ha podido abrir desde marzo aproximadamente.
Por lo mismo, decidió no quedarse quieta y comenzar a vender a través de la web. Si bien espera abrir su tienda nuevamente (que es lo que más le gusta), aprovechó las infinitas plataformas tecnológicas que existen hoy en día para poder mantener su emprendimiento a flote.
Valorar las relaciones: Este tiempo me ha ayudado a valorar realmente las acciones cotidianas con mi familia y amigos. Poder ir al cine, salir a tomarse un café, juntarse solo a conversar o escaparse a algún lado el fin de semana.
Y tú, ¿qué lecciones rescatarías? ¡Esperamos que te hayan servido!
