Todas hemos sentido esa emoción al planificar nuestras próximas vacaciones: a dónde iremos, qué llevaremos, qué lugares visitaremos, con quién iremos, etc. Todas hemos sentido, también, esa ansiedad que empieza a sentirse cuando ya queda poco tiempo para volver al trabajo; volver a la rutina y, probablemente, al cansancio de cada día.
Por eso, en este post, conversamos con Macarena Torres, psicóloga clínica, coach, terapeuta EMDR y Co-fundadora de La Familia que Quiero, sobre los desafíos que implica volver al trabajo después de un tiempo de descanso, y qué hábitos podemos adoptar para practicar el autocuidado todos los días, y no solo durante las vacaciones.
Según Macarena, es cada vez más común hoy en día experimentar burnout, sobre todo las mujeres, teniendo un impacto físico y mental en quienes lo padecen, más allá de si se tomaron unos días fuera de la oficina.
¿Qué es el burnout, y por qué tiene una mayor prevalencia en mujeres?
“El burnout, en general, está mucho más asociado a personas que están a cargo de otros, como profesores o profesionales de la salud, por ejemplo. Además, a las mujeres se les adjudica, por lo general, la responsabilidad de cuidar el espacio familiar, seas madre o hermana; las mujeres siempre tenemos la cabeza en nuestra gente. Entonces, además de la vida profesional, siempre tenemos una patita puesta en nuestros vínculos, lo que significa una exigencia constante.”
Según Macarena, en el caso de las mujeres, además, este agotamiento también se expresa en la planificación de las vacaciones, debido a la preparación previa que significa viajar en familia. “Incluso estando fuera de la oficina, sigue siendo una demanda emocional igual, ya que el burnout está asociado, sobre todo, a una carga psicológica”.
Sobre las implicancias del cansancio extremo en la vuelta al trabajo, post vacaciones, Macarena explica que, por lo general, no basta con unos días fuera para volver al trabajo con más energía y motivación:
“Pasa mucho que, cuando por fin nos vamos de vacaciones, y se acerca la vuelta al trabajo, llegamos gateando o cansados, porque el mismo agotamiento que nos hizo tomarnos ese descanso, también evita que podamos estar más presentes y disfrutar el tiempo libre”.
Uno de los síntomas más comunes de la vuelta al trabajo, padeciendo burnout, es que baja la productividad, y aumenta la ansiedad, justamente por sentir que no se está rindiendo como se debería. Ante esta situación, Macarena aconseja adoptar algunos hábitos reparadores, o que inviten a la reflexión y a estar más presentes en nuestro día a día, como:
- ¡Dormir! Tener una rutina de sueño estable mejora la productividad y la sensación de bienestar.
- Meditar algunos minutos en la mañana o en la noche (idealmente, al menos 5 minutos).
- Poner por escrito cómo nos sentimos durante el día (preferentemente en la noche).
- Cuidar la alimentación.
- Aumentar la actividad física, aunque sean caminatas cortas.
“Si llevamos todas estas acciones a lo cotidiano, significa estar mucho más presente, pero siempre con criterio de realidad de por medio”. En este sentido, Macarena aconseja empezar por la agenda: “Yo siempre parto ahí, porque nuestros horarios y los pendientes que nos asignamos, van a determinar nuestro día. Es muy importante poner por escrito y organizar nuestra rutina, de acuerdo al tiempo que realmente me va a tomar cada cosa, y no todo lo que me gustaría hacer un día.”
¿Qué significa actuar en base a un criterio de realidad, en este caso?
Significa saber qué es lo que somos capaces de hacer cada día, y no sobreexigirnos en base a expectativas
¿Y cómo crees que se vincula el aplicar un criterio de realidad en nuestro cotidiano, con conocer nuestros límites, y saber comunicarlos?
Los límites tienen mucha relación con el burnout, porque, por lo general, caemos en un agotamiento y desmotivación extrema, justamente porque no supimos dónde parar, y tampoco dar a conocer que necesitábamos bajar la carga de trabajo, por ejemplo.
Cuando volvemos de las vacaciones, este no saber poner límites es aún más perjudicial, porque sentimos que tenemos que “ponernos al día”, de alguna forma, por lo que terminamos trabajando más horas de las que deberíamos, o agendando más reuniones. Cuando vamos a una fiesta, por ejemplo, no llegamos diciendo: “¡Voy a bailar arriba de la mesa y voy a hablar con todas las personas que están acá!”. No. Por lo general, llegamos en una onda más de observar e interactuar con algunas personas. En el trabajo debería ser lo mismo: ‘voy a llegar, voy a observar qué pasó mientras no estuve, voy a intentar conectar con mis compañeras, al menos saludarlas y preguntarles cómo están primero, y no esperar responder todos los mails acumulados en un mismo día.”
Para eso, Macarena aconseja agendar tiempo en el calendario, para hacer cada cosa, e intentar apegarnos a ese horario que nos asignamos. “Cuando anotamos lo que realmente podemos hacer en un día, sin intentar abarcar demasiado, entonces estamos aplicando criterio de realidad. No importa si quieres responder todos los mails en uno mismo día, pero antes pregúntate si de verdad te da el tiempo para hacerlo, o quizás deberías asignarte dos horas de la mañana, durante dos días, para hacerlo, por ejemplo”, explica.
“De esa forma, al final del día, podré mirar la agenda o calendario, y decir: ‘cumplí lo que me propuse’. Esa sensación de bienestar y de logro nos permite seguir funcionando bien en el trabajo. En cambio, cuando anotamos demasiadas cosas que, probablemente no seremos capaces de cumplir, quedamos con una sensación de fracaso al final del día.”
Otro hábito que Macarena aconseja empezar a adoptar, es el de saber felicitarnos cuando hemos hecho algo bien o completado una tarea. “Es fundamental saber valorar y agradecer nuestros propios esfuerzos o trabajo, si queremos evitar caer en un burnout o vivir una vida más plena. A causa del instinto de supervivencia que tenemos los seres humanos, el cerebro tiende, naturalmente, a fijarse más en lo que no hicimos o lo que creemos que está mal. Por lo mismo, cada vez que tachemos un pendiente, digámonos a nosotras mismas: ‘¡Lo logré, check!’ y marquémoslo en color, resaltemos ese logro, por más pequeño que parezca.”
En ese sentido, ¿crees que el “multitasking” o hacer muchas cosas al mismo tiempo, sea nocivo para nuestra productividad y sentido de bienestar?
De todas maneras. El multitasking es lo mismo que tener muchas pestañas abiertas en el computador. No solo no podemos enfocarnos bien una, sino que termina agobiándonos y haciéndonos abandonar lo que habíamos empezado a buscar en un principio. Por eso creo que es tan importante que apliquemos criterio de realidad, tanto en lo laboral como en lo personal, porque cuando conocemos nuestros límites, actuamos de acuerdo a eso, y podemos enfocarnos mucho mejor en una cosa a la vez, y no en demasiadas al mismo tiempo. Eso evita que seamos tan productivas como nos gustaría ser.