“Este es un libro para cualquier mujer que se haya sentido abrumada y exhausta por todo lo que tenía que hacer, y aún así haya estado preocupada de no estar haciendo suficiente. Es decir, para todas las mujeres que conocemos, incluidas nosotras mismas.”
Así empieza Hiperagotadas (Burnout en inglés), escrito por las hermanas Emily y Amelia Nagoski, PhD en Comportamientos de la Salud, y PhD en Dirección Musical, respectivamente. Nunca habían colaborado juntas para un proyecto, y menos para escribir un libro, pero mientras Emily viajaba promoviendo Ven como eres: la sorprendente nueva ciencia que transformará tu vida sexual, bestseller de The New York Times, varias mujeres le comentaron lo agradecidas que estaban de que en su libro también se hablara del agotamiento y estrés generalizado que experimentan a diario las mujeres.
Después de que su hermana, Amelia, estuviera hospitalizada a causa del cansancio extremo, Emily le propuso escribir juntas un libro sobre algo que la mayoría, sino todas las mujeres, hemos experimentado a lo largo de nuestras vidas: burnout. “Todas sabemos cómo se sienten nuestros cuerpos y cómo se desmoronan nuestras emociones cuando estamos exhaustas. Esto es el burnout.”
Título: Hiperagotadas
Autoras: Emily Nagoski y Amelia Nagoski
Dónde encontrarlo: www.planetadelibros.cl
¿Qué tan recomendable es?
En general, no me gusta decir que un libro es “bueno” o “malo”, así que solo les diré que lo leí en cuatro días (no porque sea una lectora particularmente rápida, sino porque NO PODÍA PARAR DE LEERLO).
También les diré que podría haberlo leído en dos días, si no fuera por la necesidad de anotar a cada rato algo interesante que iba apareciendo a medida que avanzaba en la lectura, simplemente para no olvidarlo. Tampoco soy ese tipo de lectora que disfruta interrumpiendo la lectura solo para anotar datos, pero en este caso, tampoco podía parar.
Además, al final de cada capítulo, hay un recuadro que sintetiza las ideas más importantes revisadas ahí, y también hojas de ejercicios para entender cómo nos enfrentamos al estrés en nuestra vida cotidiana, o qué podemos hacer para manejarlo de mejor forma.
¿Cuáles fueron esas ideas? A continuación, les dejo las que más me gustaron, y que creo que pueden ser súper útiles de conocer.
El síndrome de la Hipergenerosidad
“Piensa en el síndrome de la hipergenerosidad como un virus cuyo único objetivo es perpetuar su propia existencia. Tú fuiste infectada con él en el mismo instante en que naciste”. Según las autoras, algunos de los síntomas de este síndrome son: creer que las mujeres tenemos la obligación moral de ser bonitas, felices, generosas y atentas a las necesidades de los demás, por sobre las nuestras; creer que merecemos un castigo por no cumplir con estos estándares que la sociedad nos atribuye desde el nacimiento y, por último, creer que no son síntomas, sino ideas normales y verdaderas.
No sé ustedes, pero yo, a mis 32 años, puedo decir que he sentido culpa y estrés más de lo que debería haber sentido por pensar que no he cumplido con todos estos parámetros a lo largo de mi vida.
Por eso creo que es una idea tan importante de recordar: la hipergenerosidad no es generosidad o empatía, es no saber poner límites o, peor, no sentir que merecemos poner límites sanos para relacionarnos con los demás.
Cerrando el ciclo del estrés
Por lo general, es fácil confundir el “estrés” con el “estresor”, lo que hace más difícil poder entender qué es lo que nos está provocando esta sensación, y cómo podemos ponerle fin. Para las autoras, los estresores son todo aquello que activa una respuesta de estrés en el cuerpo. “Existen estresares externos, como el trabajo, el dinero, la familia, el tiempo, las normas, y las expectativas culturales, o las experiencias de discriminación, etc. Y hay estresores internos, que son menos tangibles, como la autocrítica, la imagen corporal, la identidad, los recuerdos y el futuro”. El estrés, por otra parte, es el cambio neurológico y fisiológico que ocurre en el cuerpo cuando nos encontramos frente a una de estas amenazas (estresores).
Después de experimentar uno o varios estresores, es normal que se active un ciclo del estrés en nosotros, pero lo bueno es que puede ser contrarrestado con un “ciclo de respuesta del estrés” que nos ayude a cerrarlo efectivamente. Según las autoras, existen formas concretas de enfrentar el estrés, como el ejercicio o movimiento libre, el contacto con otras personas, y la acción de redefinir nuestras expectativas sobre qué es el fracaso o el éxito.
No es nada nuevo, pero aunque ha sido respaldado por la ciencia una y otra vez, tendemos a olvidar que hay maneras rápidas y muy efectivas de calmar la ansiedad que podamos estar sintiendo en un momento de estrés, como movernos libremente, hacer estiramientos y, sobre todo, buscar ayuda, desde un consejo o simplemente conversar con un ser querido sobre lo que nos está pasando.
Conectar
Después de leer este capítulo, pensé en todos las veces que he elegido aislarme en momentos de mucho estrés, para no mostrarme vulnerable frente a amigos, familia o parejas, pero de esa forma, solo he terminando estresándome más y, como Amelia, he tenido que ser hospitalizada por no haber lidiado a tiempo con el burnout. Pero hace un tiempo empecé a hacer justamente lo que las autoras recomiendan: buscar conexión con otras personas, hacer más ejercicio (aunque sea 5 minutos al día) y resignificar mis expectativas sobre mí misma y los demás, y ha sido increíblemente bueno para mi salud física y mental.
Este libro es una forma de entender que el estrés es parte de nuestras vidas, pero que 1) no tiene que ser algo negativo necesariamente, porque es el estrés es lo que nos lleva finalmente a buscar conexión humana (algo esencial para nuestra felicidad), y 2) existen formas concretas de responder positivamente a ese estrés, como hacer ejercicio, bailar, juntarnos a hablar con amigos o familia, estar chequeando nuestras exceptivas, y ser más amables con nosotras mismas.
Como nos dicen las autoras al final del libro, “el bienestar no es un estado mental, sino un estado de acción; es la libertad de moverte a través de los ciclos de ser humana, y este intercambio continuo y mutuo de apoyo es la acción esencial del bienestar”.
Ojalá les haya gustado esta recomendación, y que si deciden leer este libro, les sirva tanto como a mí (estoy segura que sí). Está lleno de consejos prácticos y de explicaciones respaldadas por estudios científicos que, al menos en mi caso, necesitaba incorporar a mi vida.
Si les gustó esta reseña y les gustaría leerlo, "Hiperagotadas" está disponible en librerías y tiendas digitales. ¡Que tengan una buena semana!
