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Autocuidado Bienestar

INCORPORAR EL YOGA EN LA RUTINA LABORAL

por: Genias

El yoga trae múltiples beneficios para el cuerpo y el alma de las personas. Relaja, conecta, elonga, entre muchas otras cosas. Javiera Franco es instructora de Hatha yoga, nos entrega sus recomendaciones y la forma de incluir esta práctica en la jornada laboral.

Instagram: @namastejavi

Yoga, en el sánscrito lenguaje antiguo de la india, quiere decir unión. Es una práctica que involucra conectar nuestros tres aspectos, físico, energético y espiritual, logrando así una sincronía en todo nuestro ser. El primer paso para practicarlo es tener la voluntad y compromiso a querer descubrirse, y explorar el camino hacia un mejor futuro. De acuerdo a mi experiencia, el cuerpo es lo primero por donde comenzar: sentirlo, observarlo y cuidarlo nos genera una cercanía con nosotras, empatía y autocuidado.

Durante el día existen tres periodos que determinan cuanta energía poseemos y que afecta en nuestro rendimiento de acuerdo a las tareas que tengamos que desempeñar. Por la mañana, al despertar, nuestro cuerpo y sistema nervioso están frescos, ya descansaron y repusieron su proceso para volver a la rutina de otro día. Por esto, realizar una actividad física activará más nuestros sentidos y podremos estar más despiertas y concentradas para organizar nuestras tareas. Después de almuerzo, nuestra energía por lo general desciende, la digestión nos gasta más de ella para poder procesar nuestros alimentos y por lo tanto nuestro cerebro pierde un poco su productividad, por lo que debemos volver a reactivarlo. Ya al anochecer, nuestro cuerpo se está preparando para el descanso, entregarle un momento de relajo y desconexión nos ayudara a tener un mejor sueño, mucho más reparador.

Les presentaré 3 tips de conciencia corporal, técnica de respiración y relajación que les ayudarán en su día a día, para poder potenciar su nivel de energía, concentración, productividad y relajo al momento de terminar el día.

Por la mañana:

Puedes realizarlo en tu casa, inmediatamente al levantarte o cuando te encuentres frente tu escritorio de trabajo, así te predispones física y mentalmente para tu concentración.

  • Realiza movimientos circulares con tu cuello, dale un giro 360º a tu cabeza, uniendo el movimiento con tu respiración. Inhala al llevar la cabeza hacia atrás y exhala cuando tu cabeza y mentón vayan hacia el pecho. Repítelo 5 veces hacia un sentido y luego hacia el otro.
  • Lo mismo con tus hombros y brazos, sincroniza la rotación del hombro con la elevación de tus brazos. Tus brazos al costado del tronco, inhala elevando los brazos hacia atrás y comienza a exhalar cuando tus brazos hayan llegado a tu cabeza y desciéndelos por delante de tu tronco hasta que lleguen tus manos al lado de tus caderas. Repite 5 veces en ambos sentidos.
  • Si vas a permanecer durante muchas horas sentada frente al computador, repite esta serie 2 veces por la mañana: idealmente descalza, encuentra el equilibrio sobre una pierna, la otra levanta el pie 20 cm del suelo y realiza movimientos circulares con tu tobillo, primero un sentido y luego el otro (estas posturas de equilibrio estimulan mucho el sistema nervioso lo dejan alerta y muestras el estado que se encuentra nuestra mente). Luego repites con la otra pierna el equilibrio 10 respiraciones en la postura por lado. Luego poner tus pies al ancho de tus caderas, flecta un poco tus rodillas las tomas con tus manos y nuevamente realizas movimientos circulares con tus rodillas, primero hacia un lado y luego hacia el otro, 10 respiraciones. Realiza el mismo movimiento circular con tus caderas, esta vez piernas firmes sin flexión de rodillas llevas la pelvis hacia delante y luego hacia atrás. 10 respiraciones.

Antes de almuerzo:

Puedes repetir la rutina física que hiciste por la mañana e incorporarle esta técnica de respiración para activar tus órganos y aclarar tu mente.

  • Sentada en una silla o sobre un cojín en el suelo, en un cruce simple de piernas, mantén el tronco y la columna lo más recto posible. Coloca tus manos sobre las rodillas. Toma algunas respiraciones relajadas antes de comenzar la práctica.
    Ahora levanta la mano derecha y coloca el dedo índice y el dedo medio de la frente, justo entre las cejas.
    Utiliza el dedo anular para cerrar la fosa nasal izquierda.
    Inhala lentamente por la fosa nasal derecha y llena los pulmones por completo.
    Cierra las dos ventanas de la nariz (con el pulgar se cierra la fosa nasal derecha y con el dedo anular se cierra la fosa nasal izquierda) y mantén la respiración 3 segundos. Luego, libera el aire exhalando por la fosa nasal izquierda manteniendo la fosa nasal derecha cerrada. Repite 5 veces este ciclo.
  • Con esta técnica de respiración, te predispones a una estimulación que activa tu cuerpo y las funciones corporales de el.

Al anochecer:

Ya debemos comenzar a bajar las revoluciones del día que tuvimos, y para eso podemos incorporar una pequeña meditación en visualización, que despejara nuestra mente y la relajara para entrar en un profundo sueño.

  • Sentada en un silla o recostada en tu cama, cierra tus ojos y concéntrate en tu respiración. Deja de lado cualquier tipo de pensamiento, concéntrate en las sensaciones corporales que puedas percibir. Cuenta tus respiraciones desde 10 hacia el numero 1 (una inhalación y exhalación son una respiración). Cuando hayas terminado el conteo, visualiza algo simple, bien determinado, puede ser una figura geométrica, un punto de luz o algún lugar de la habitación que te encuentras. Mide cuánto tiempo puedes permanecer en esta calma, y a medida que te sientas más cómoda, vas incorporando unos minutos más en meditación. Para comenzar 5 minutos esta perfecto.

 

 

 

 

 

 

Por: Genias

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