Para estos días donde muchas de nosotras no tenemos más opción que trabajar desde la casa, es importante que cuentes con un espacio cómodo para hacerlo. Quizás ya tenías un escritorio acondicionado, o tal vez tuviste que acomodar algún rincón para este fin.
Sea cual sea tu caso, es importante que este lugar cuente con ciertas características para hacer tu trabajo más cómodo y eficiente. Acá te dejamos algunas recomendaciones…
Elige el lugar
Sabemos que no todo el mundo tiene una habitación libre que pueda ocupar como oficina, pero es importante que definas un espacio específico para este propósito, que le indique a tu cerebro y a quienes viven contigo que te encuentras en horario laboral.
Te puedes instalar en la mesa de comedor, en la cocina de tu casa o incluso en tu pieza con la puerta cerrada.
Lo más recomendable es que el escritorio no mire a un muro, porque esto favorece la saturación mental. En caso de no ser posible, intenta que esté pintado de algún color agradable y en tono mate, además de decorar el espacio a tu gusto para favorecer la creatividad.
Cuida la luz
Intenta instalar tu espacio de trabajo cerca de una ventana por donde entre luz natural. Está demostrado que la luz del sol tiene un gran impacto en nuestro estado de ánimo, haciéndo que nos sintamos más activos y alegres.
Si esto no es posible, entonces intenta que la luz artificial que uses sea cálida y difuminada, que no esté ubicada justo sobre el escritorio y que no sea muy intensa.
Además, cada tanto, date un descanso para estirar las piernas y ver el sol 🙂
Mantenlo limpio y ordenado
Tenemos la tendencia de dejar sobre el escritorio montañas de cosas, dándonos la sensación de que tenemos millones de tareas que hacer y -finalmente- generarnos estrés.
Por lo mismo, es importante que revises todo lo que tienes y seas consecuente. Las cosas que no has utilizados en bastante tiempo es posible que ya no las vuelvas a utilizar, así que tíralas. También deshazte de todos los papeles, revistas y cartas que no necesitas para nada.
Si aún así crees que pueden serte útiles en algún momento, búscales un lugar que no sea sobre la mesa, ocupando espacio visual. Algún cajón o un mueble donde guardes cosas que no usas a diario, puede ser muy útil. Recuerda que cuando el espacio en el que tienes que trabajar está despejado, ¡dan muchas más ganas de empezar el día!
Organiza los artículos que necesitas a mano
Papel, lápices, corchetes….el material de oficina que usas a diario tiene que estar a mano y junto. Es importante que cada cosa tenga su lugar, y cada vez que las uses, las pongas en el mismo sitio, de esa forma siempre lo encontrarás rápidamente y sin tener que pensarlo.
Ten el material necesario y un poco más, pero con moderación. Los vasos u organizadores para lápices pueden ser muy útiles, así como un cajón para guardar el resto de material que usas con menos frecuencia.
Dos elementos clave: el escritorio y la silla
El escritorio tiene que ser lo suficientemente amplio para que el computador y otros elementos queden apoyados completamente, además de existir espacio para apoyar al menos 2/3 de los antebrazos al teclear.
La silla también es muy relevante y se aconseja que sea más ancha que la persona que la ocupa y que no tenga apoya brazos, a menos que el escritorio no tenga espacio para apoyarse. El respaldo también debe permitir apoyar la espalda por completo, e idealmente con la capacidad de inclinarse levemente para cambiar de posición durante la jornada laboral.
Aprovecha las paredes
Muchas veces nos obsesionamos con organizarlo todo sobre la mesa o en los cajones, y nos olvidamos del espacio vertical. Por ejemplo, puedes instalar repisas flotantes que te ayuden a organizar libros, carpetas o archivadores. También es una buena idea colgar en la pared una pequeña pizarra con plumón para apuntar ideas o la agenda de la semana.
Para inspirarte, puedes hacer un mural de motivación con recortes de lugares a los que te gustaría viajar, frases que te inspiren o recuerdos que sean importantes para ti y que te ayuden a recargar energías en un día difícil.
¿Qué te parecen estos consejos? ¿Tienes algún otro que te gustaría compartir con nosotras?