Crear un nuevo hábito en nuestra vida requiere de tiempo y determinación. Es común que los primeros días comencemos con energía y con todas las ganas de lograrlo, pero a medida que pasa el tiempo, es fácil “desinflarse”, perder el ritmo y -muchas veces- volver a nuestra rutina anterior.
Entendamos que un hábito es una acción que repetimos de manera constante hasta que prácticamente se automatiza, y somos capaces de ejecutarla sin invertir demasiado esfuerzo en aquello.
Un nuevo hábito puede ser un gran cambio en tu vida y es por eso que a continuación te dejamos algunos trucos para que des ese gran paso.
Comienza paso a paso
Todos los días intenta mejorar poco a poco en ese desafío que te propusiste. Para esto, es muy bueno hacer un plan de acción con un punto de partida, hasta dónde quieres llegar y qué es lo mínimo que harás.
Por ejemplo, si nunca has hecho deporte, no tienes que exigirte demasiado las primeras semanas, ni pretender estar dos horas levantando pesas o haciendo sentadillas (¡ouch!). Lo que puede ocurrir con este tipo de acciones exigentes es que te frustres muy rápido y dejes de hacerlo.
¡Por eso siempre es importante avanzar de a poco e intentar no retroceder!
No descuides tu hábito
Todo en la vida requiere esfuerzo y perseverancia, y en el caso de crear un hábito, esto cobra aún más relevancia. Lucha por esos objetivos que te has propuesto e intenta no abandonarlos a mitad de camino.
En la fase de instauración y consolidación del hábito nunca dejes que pasen dos días seguidos sin practicarlo.
Sé concreta
Cuando quieras generar un nuevo hábito es muy importante que sepas específicamente qué quieres y por qué quieres hacerlo. Mientras más concreto sea el objetivo es más probable que lo instaures con éxito.
Premia tus avances
A veces somos muy exigentes con nosotras mismas y no somos capaces de darnos un tiempo para regalonearnos y darnos cariño. Es importante reforzarnos positivamente cada vez que hemos practicado el hábito.
Haz algo que te guste, háblate bonito y reconoce tu esfuerzo. Está demostrado que cuando a una conducta le sigue una consecuencia positiva es más probable que ésta vuelva a repetirse.
Imagínate con ese hábito
Es clave ser capaces de traer al presente los beneficios futuros que puede tener el nuevo hábito que estás incorporando. Para eso es importante visualizar e imaginar nuestras vidas. Imagina cómo mejorará tu día a día o lo bien que te sentirás, y de seguro te ayudará a estar mucho más motivada para el cambio.
Todos los días antes de acostarte realiza este ejercicio, al día siguiente comenzarás tu hábito con más ganas y motivación.
Y tú, ¿qué hábitos te gustaría incorporar en tu vida?