genias.blog

Entrevistas Historias que nos inspiran Lo último

ENTREVISTA: VALENTINA MUÑOZ, PROGRAMADORA, FUNDADORA DE AMUJI CHILE Y ACTIVISTA

por: Genias

Apasionada por la ciencia y tecnología, hoy Valentina es la colaboradora más joven en la construcción de la Política de Inteligencia Artificial en Chile.

Valentina recién está cursando cuarto medio en el Liceo Carmela Carvajal, sin embargo, lleva varios años en el mundo de la ciencia, siendo activista y representante de algunas organizaciones y causas. Es programadora desde los 12 años, y fundadora de AMUJI Chile, organización que ofrece charlas, talleres y cursos gratuitos “de niñas para niñas”, con el fin de empoderar a la juventud femenina y otorgarles las herramientas necesarias para destacar en áreas con alta brecha de género a nivel nacional.

Además es embajadora de UNICEF, ONU Mujeres, Inspiring Girls y Defensoría de la Niñez.

Nombre: Valentina Muñoz

Ocupación: Programadora y Fundadora de AMUJI Chile.

Instagram: @chica.rosadita

Hoy en día, aparte de estudiar, ¿Qué otras actividades realizas?

Normalmente tomo clases de ballet pero en tiempos de pandemia no he podido retomarlas, ha sido un periodo complejo a nivel emocional por lo que me he enfocado mucho en cuidar de mí misma, en estudiar para el examen de universidad y, por supuesto, he aprovechado al máximo de estar más activa en las organizaciones y causas en las que soy parte.

¿Cómo nace la afición por la tecnología a tan temprana edad?

Siempre he sido una apasionada por la ciencia y la tecnología. Desde chica mi mamá me contaba historias sobre cómo las princesas podían ser algo más que sólo princesas: Blancanieves era veterinaria, La Bella Durmiente doctora y Cenicienta dirigenta por los derechos de los trabajadores. Crecí rodeada de mujeres fuertes, poderosas e independientes, que me enseñaron a soñar sin límites.

¿Cómo te has ido desarrollando y aprendiendo en este rubro?

Aprender a programar fue un proceso hermoso para mí, de sentir que era capaz de conseguir ingresar a espacios en los que la presencia de niñas no es muy común: siempre era la única mujer o la persona más joven, y de alguna forma mi presencia fue despejando el camino para que más y más niñas fueran parte de esos espacios.

He ido aprendiendo de manera autodidacta, he aprovechado oportunidades gratuitas o con becas que ofrecen distintas organizaciones y empresas.

“Mi moraleja es: postula a todo lo que puedas, porque lo peor que te pueden decir es “no”, y en algún momento alguien te dirá “sí” y, entonces, verás que tu esfuerzo fue útil”.

A pesar de que todavía eres joven, ¿Cómo esperas desarrollarte y cuáles son tus proyectos a futuro?

En el futuro cercano planeo estudiar Ingeniería Civil Informática en la Universidad Federico Santa María y en cuanto a activismo, espero seguir trabajando en conjunto con las organizaciones en que soy embajadora, especialmente en un proyecto de Parlamento Juvenil que estamos construyendo desde la Alianza Mi Voz Cuenta (que conforman AMUJI Chile, Defensoría de la Niñez, Unicef, América Solidaria, entre otras organizaciones).

“Mi sueño es generar soluciones tecnológicas para problemáticas sociales, que puedan mejorar la calidad de vida de las personas, y algún día dar una charla TED (me encantaría)”.

¿De dónde nace el interés por representar a mujeres jóvenes?

No me siento realmente representante, creo que es importante empezar a visualizar el activismo juvenil como el protagonismo de niñas, niños y jóvenes. Mi interés es generar redes, así como AMUJI Chile y Sedigesex. De hecho, la primera nace luego de que mi profesor de robótica me hostigara durante meses: hablaba mal de mí a mis compañeras e incluso de mi familia, tuve un período en que pensé en dejarlo todo y abandonar el equipo, pero mi familia y amigas me motivaron a seguir mi sueño. Entonces el profesor me retó a encargarme yo del equipo completo, y acepté.

Durante cinco meses trabajé a cargo del equipo de programación y el equipo de proyecto científico, fue muy agotador y estresante, pero cuando logramos hacer historia siendo el primer equipo sólo de mujeres (en el mundo) en clasificar a la competencia internacional de robótica, sentí que todo había valido la pena.

Ahí me di cuenta lo injusto que era todo, el que yo tuviera que lidiar con un profesor que nos decía que nuestras ideas no funcionarían y menospreciara nuestro trabajo. Tuve la suerte de tener apoyo y conocimiento sobre la situación, pero ¿y qué pasa con quienes no tienen esa suerte?

Entendí que el problema no era yo. Ni tampoco el profesor. El problema es el sistema que lo respalda y nos deja sin voz a los niños, niñas y adolescentes ante la voz de un adulto. Entendí que el problema era comunitario, y que por tanto la solución también debía serlo.

Por eso hago lo que hago. Para crear espacios donde no encontré ninguno. Para que la próxima persona tenga un obstáculo menos por el que atravesar, y una red en la que apoyarse cuando las cosas estén mal.

¿Cómo te gustaría que las personas te definieran o reconocieran?

Me gusta el término “Steminista”, que es un neologismo que junta la sigla STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática) con el movimiento feminista, creo que engloba y resume muy bien lo que hago, aun que también me agrada “activista juvenil feminista” o “hacktivista”. Y respecto a mi persona, me gusta que me reconozcan como alguien humana, amable y accionadora.

¿En qué consiste la Política Nacional de Inteligencia Artificial?

Busca definir qué es IA y qué no, factores habilitantes (estándares, acceso y características de los datos, capital humano e infraestructura a nivel nacional), desarrollo y aplicaciones de la IA, ética y aspectos normativos. En simples palabras, la política debe ser capaz de integrar las preocupaciones y necesidades del país hacia una legislación que regule todo el proceso que conlleva la IA, desde su programación hasta la interacción usuaria.

¿Cómo llegaste a formar parte de esta iniciativa y cuál es tu rol en ella?

Cuando me enteré del llamado por parte del Ministerio a participar de la consulta ciudadana, lo primero que pensé fue “¿se incluirá a niñas y niños en la discusión esta vez?”, así que me contacté directamente para resolver mis dudas respecto a la participación infantojuvenil, donde me aclararon que niños y adolescentes sí podían ser parte mediante mesas auto convocadas por colaboradores adultos de organizaciones que trabajaran oficialmente en conjunto con el Ministerio.

A principios de agosto fue nuestra jornada, en la que yo junto a Fernanda Acuña y Michelle Contreras (voluntarias de AMUJI), dictamos una clase de IA junto al Ministerio y guiamos la discusión entre las participantes.

“Fue muy emocionante sentir que pude aportar para que niñas de 11 años en adelante pudieran hacer valer su voz en esta consulta, pues si bien soy la colaboradora más joven, hay niñas más pequeñas que también pudieron contribuir a la política de manera simbólica”.

¿Qué consejo le darías a las Genias que tienen inquietudes en este rubro?

Les diría que se involucren, que aprendan y que compartan ese conocimiento con sus pares, porque sólo así lograremos que deje de ser un tema tan ajeno.

No es necesario ser programadora para entender la Inteligencia Artificial, pero entre mayor sea la diversidad de personas que programemos la Inteligencia Artificial, más diversa e inclusiva será esta IA. Este no es un problema del futuro, está pasando hoy y es hoy cuando necesitamos empezar a actuar.

En cada una de nosotras, está la posibilidad de crear, difundir y utilizar tecnologías que mejoren nuestra calidad de vida y nuestra interacción como sociedad, seamos el cambio que queremos ver en el mundo”.

Por: Genias

Somos una comunidad que empodera y acompaña a la mujer en su vida laboral, inspirando, educando, promoviendo contenidos y experiencias, y conectando personas, empresas e instituciones. En Instagram: @genias.cl