La palabra “emprendimiento” casi no se escuchaba hace algunos años; aquellos emprendedores que se atrevían a dejar sus trabajos eran más bien “soñadores de imposibles” o “arriesgados y aventureros”. Esta realidad ha cambiado y MUCHO. Hoy en día se sienten en el ambiente las nuevas ideas y proyectos que tienen el objetivo de dar la pelea a nivel nacional para pasar a transformarse en negocios.
Hace unos pocos días, el mismo Ministro de Economía, José Ramón Valente reveló una nueva cifra récord en Chile: “En 2018 se crearon 132 mil nuevas empresas (…) desde que tenemos registro nunca había habido tanto espíritu emprendedor”, destacando que la cifra en creación de empresas fue un 11,9% superior que la de 2017 y que las empresas que se crearon con o por mujeres crecieron en un 16%. Definitivamente, buenas noticias!!
Y hay más!! La presencia femenina en el mundo del emprendimiento cada vez se hace notar con mayor intensidad. El año pasado los emprendimientos con al menos una mujer en su equipo, superaron al de los teams compuestos solo por hombres. Un informe de Corfo que contabilizó 5.984 proyectos que ganaron fondos entre 2001 y 2018, revela que el año pasado el 51,53% de los ganadores tenían a una mujer en el equipo, número muy distinto a la realidad de 2010, por ejemplo, cuando ellas solo integraban un 31,1% de los equipos ganadores. Asimismo, el año pasado igualaron proporcionalmente la cantidad de hombres y mujeres magísteres y doctores que ganaron recursos Corfo con 29% para cada uno.
Pero hay otro dato muy interesante. Según este mismo informe, los proyectos donde hay una mujer, viven más… ¿Qué quiere decir esto? La tasa de mortalidad de proyectos liderados por hombres es 27,9% comparado a un 21% en los liderados por mujeres. Ahí se nota que si las mujeres empezamos algo, los vamos a terminar, ¡jamás quedarnos a mitad de camino! Sebastián Sichel, vicepresidente de la Corfo, afirma que este empoderamiento femenino está solo comenzando. “En la Corfo estamos trabajando para que más mujeres se atrevan a emprender e innovar y datos como el de la tasa de supervivencia para los proyectos con al menos una mujer respalda este enfoque. Nos alegra ver que las mujeres están emprendiendo en sectores como el informático y de salud, lo que también demuestra una mayor diversificación de los proyectos que apoya Corfo”, apunta.
Además, a todas estas cifras se le suman las estadísticas que entregó hace unas semanas la Universidad del Desarrollo sobre “Mujeres y actividad emprendedora en Chile” según un estudio de GEM (Global Entrepreneurship Monitor) realizada en el país el año 2017. A continuación van un par de datos y cifras que dejaron el estudio.
“Tengo por seguro que las generaciones que vienen no les va a costar [tomar la decisión de emprender] porque ya están en otra forma, en otra parada, luchando por sus igualdades” (*).
Las emprendedoras mencionan distintas competencias que consideran relevante desarrollar para lograr que el negocio se proyecte en el tiempo. Partir por evaluar cuál es la rentabilidad del negocio, la estacionalidad de las ventas y preparar un plan de trabajo que responda a metas de corto, mediano y largo plazo. Sugieren también analizar el entorno constantemente y profesionalizar la empresa, examinando las áreas de especialización que no están atacando con un especialista. “He tenido que delegar porque no lo puedo hacer todo, yo he querido hacer todo y he abarcado súper poco” (*).
La actividad emprendedora liderada por mujeres se caracteriza por surgir fuertemente alineada con los intereses personales de la mujer a nivel de hobbies, tradición familiar y conocimientos adquiridos en el entorno próximo. Algunas de las entrevistadas plantean incluso que su último trabajo asalariado antes de iniciar el negocio era en la industria donde se desempeña actualmente. “Empecé en el rubro de agencias de viaje como el año 1994 y ya al 2000 me independicé y mi agencia tiene dieciocho años” (*)
Dado que comúnmente son las responsables de las labores del hogar y crianza, las mujeres disponen de un menor tiempo para dedicar al negocio. Algunas emprendedoras sienten que sus negocios avanzan más lento aunque tienen clara ambición de proyectar el negocio. En ese sentido, las emprendedoras valoran el avance que ha habido en la materia, pues perciben que existen diversos fondos, tanto públicos como privados, orientados a apoyar las distintas etapas del negocio.
“Busqué oportunidades y también estoy en una feria de emprendedores de mi comuna, entonces si uno espera que las cosas le lleguen no va a pasar, pero sí, para las mujeres yo encuentro que hay hartas oportunidades” (*).