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ENEMIGO ÍNTIMO: EL BLOQUEO CREATIVO

por: Genias

Estar sentada frente al computador sin saber que hacer, ni como avanzar. Tratas de hacer cosas, te paras, te sientas, escribes y borras, pero nada pasa. Algo hay en que no avanzas, no logras desarrollar la idea, y te sientes absolutamente bloqueada. Después de haber vivido esto muchas veces, nuestra experta Diseñadora Alejandra Urzua, nos da muchas tácticas para superar ese momento que nos paraliza, y se pueden aplicar no solo para diseñadoras, sino para todas las que queremos hacer cosas diferentes y creativas.

Para saber más de su trabajo, puedes ver el perfil de Alejandra en Diseño de la Guía de Profesionales.

Nombre:  Alejandra Urzúa

Mail: alejandraurzua@gmail.com

Instagram: @aleurzuai

El bloqueo creativo puede arremeter al enfrentarte a la pantalla en blanco. Quizás cuando la idea no está resultando como en tus sueños o si estás pegadísima sin poder resolver lo que en realidad termina siendo un detalle insignificante. Con el alto auspicio de Murphy, te ataca cuando estás contra el tiempo y tienes que generar “algo”, porque un cliente, que confió en ti, está esperando. ¿Lo peor de todo? Que sea un mal de muchos no garantiza ningún consuelo, menos si estás consciente de que tonta no eres. Sí, porque aquí es cuando aplica perfecto la frase “¡No eres tú!”

Habiendo pasado mil veces por este enfrentamiento tan hostil, he probado estrategias que permiten no solo tomar distancia del sinfín de emociones que nos inundan en estos momentos, sino que controlar los daños producto de esta global patología, tan propia de las profesiones creativas.

Aquí van algunas tácticas para lidiar con este padecimiento tan letal:

– Identifica a tu adversario: todas las personas somos únicas y, por ello, las causas de los bloqueos creativos son múltiples. Dado lo anterior, poder identificarlas te convierte en general después de la batalla, pues te deja preparada para enfrentar las próximas contiendas: quizás eres víctima de un perfeccionismo exagerado, inseguridad, temor a exponerte o fallar, querer “inventar la rueda” o hacer algo nunca antes visto. Racionalizarlo y “verlo” permite, si lo trabajas, superarlo.

– Analiza el campo de batalla: hacer un levantamiento preciso del terreno en el que una se está moviendo permite mejorar la lucha contra el enemigo, pues limita el campo de acción y baja la ansiedad. Un combatiente experimentado define estratégicamente los conceptos centrales del problema a resolver, establece eventuales restricciones o límites que pudieran existir para las soluciones (evitando así desperdicios de energía), se equipa con el mejor armamento para vencer ese tipo de batalla particular (por ejemplo, la técnica o estilo que se va a aplicar) y así va limitando el abanico de posibles respuestas hasta poder dar con aquellas que funcionan bien, al menos en su lógica inicial.

– Da la vida a lo mártir: este soldado de la creatividad persiste valientemente en su labor generadora de ideas, aunque note que son muy malas, malas o mediocres, porque confía en que después, viéndolas con mucha calma, manteniendo a raya a su archienemiga autoexigencia y contando con cierta cuota de suerte, puede eventualmente asomarse la ansiada luz al final del túnel con una posible salida al problema.

– Combate de frente la inercia: nada más fatal en cualquier contienda que dejarse llevar por el miedo invalidante y la inercia, pues paralizada se hace imposible avanzar. La mejor táctica para ganarle la partida a este temor (muchas veces a no lograr algo suficientemente bueno) es asumir que lo perfecto es enemigo de lo bueno y lanzarse con heroísmo y coraje a generar de manera sistemática y consciente 20 o 30 malas ideas. Sí, tal cual: malas ideas. Lo más probable es que, durante ese ejercicio, alguna idea potable aparezca. Si no sucede, repite la maniobra.

– Soldado que arranca sirve para otra batalla: la humildad ante la derrota, el reconocerse 100% humana e imperfecta, admitiendo además que el desarrollo de una buena idea es lo más lejano que existe a vegetar, permite dejar de lado o incluso negar el problema por un rato, tomar distancia, aprovechar de hacer cosas 100% placenteras o inspiradoras y volver después totalmente renovada, con la moral en alto, cargada de ínfulas y de decisión, a dar EL asalto final al tema para que surja –casi milagrosamente– LA gran solución.

– Divide y vencerás: a veces, un adversario que se ve tremendamente amenazante pierde todo su poder cuando lo “disectas” parte por parte. Del mismo modo, escribir una lista con los objetivos del proyecto que te está paralizando, definir los atributos que debe poseer, el “espíritu” que tendrá, su público objetivo, la estructura… En otras palabras, racionalizarlo al máximo antes de empezar a “crear” hace que vayan apareciendo las ideas que sustentarán tu trabajo.

– La táctica de distraer al rival: si eres de rutinas predecibles y, estando acostumbrada a ciertas estrategias productivas, de repente eres víctima de un bloqueo creativo hostil, la solución es muy simple. Solo debes cambiar tus parámetros: probar un lugar de trabajo diferente, quizás salir a la naturaleza un rato, escuchar música nueva (¿qué mejor amigo que Spotify?), imaginarte que eres otra persona y pensar y “crear” como si fueras ella… Tus neuronas sucumbirán como víctimas absolutas de estos nuevos estímulos, ¡imposible que no respondan el ataque con un contragolpe de sinapsis creativas!

– Busca tus propios héroes: conocer las vidas y hazañas de los próceres ayuda a los soldados a mantener sus ideales y dar la pelea con la moral en alto. Del mismo modo, atacada por el enemigo íntimo del bloqueo de ideas, puedes buscar inspiración en otros profesionales a los que admiras por su talento, luchas o victorias, o personas que te estimulan de manera menos evidente. Hoy en día, en el mundo creativo es muy fácil arrojarse con ímpetu a descubrirlos: solo hay que rendirse humildemente y dejarse llevar por sitios como Pinterest, Facebook o Twitter, y asombrarse ante la aparición casi infinita de asombrosas ideas, creaciones y, por ende, personajes que no estaban en nuestros registros.

Ahora ya no estás sola: ante la primera señal de alarma, con gran decisión y férrea disciplina para combatir al enemigo, solo tienes que equiparte con el armamento que se adecúe mejor a tu perfil combatiente, usar la técnica con hidalguía y, sobre todo, con la certeza de que saldrás victoriosa de la batalla por ESA gran idea.

Por: Genias

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